La vida que cada uno tiene planeada, esa que uno mismo quiere controlar. Pero al final no suele ser así, tu vida siempre va a depender en parte de los demás.
-¡Buenos días princesa!-Sergio entró de golpe en la habitación-son las siete. ¿Has dormido bien?
-No, la verdad. No podía dormir, y cuando por fin lo consigo, has llegado tú.
-Joder, lo siento cariño.
-¿Sigue la fiesta ahí abajo?
-Qué va, sólo quedamos María José, Adrián, Javi, tú y yo. Bueno, y Zac.
Mis ojos se abrieron como platos.
-¿Zac está aquí?
-Sí, intentó irse, pero tuvo un golpe con el coche y prefirió volverse.
-¡¿Qué?! ¿Qué paso?
-Nada grave, no hubo heridos. Se topó con un gato dice, y dio un volantazo. Chocó con la valla esa de las carreteras, y volvió.
-¿Y el coche?
-Bueno, el parachoques lo tiene jodido, pero supongo que eso lo cubre el seguro.
-Pues vaya fiestecita…-dije y bostecé.
-Vamos a dormir anda. Buenas noches mi niña-me dio un beso en la mejilla y empezó a quitarse la ropa.
-Venga, buenas noches. Por cierto, estás buenísimo, ¿lo sabes?
Los dos sonreímos y me giré dispuesta a dormirme. Tuve que dormir en sujetador y bragas, porque María José estaba cabreada con migo, y no era plan de pedirle un pijama.
Me despertaron con unos leves golpes en el hombro.
Al abrir los ojos me dolieron un poco, porque estaban las persianas subidas.
-Buenos días Evelyn, despierta. Son las cuatro de la tarde. Hemos preparado hamburguesas.
Javi estaba frente a mí, acariciándome el pelo. Me tapé con la manta, aunque lo que él no me hubiera visto ya…
-Gracias de nuevo por dejarme dormir aquí.
-De nada, tonta.
-En serio, no sé por qué te portas tan bien conmigo, con lo mal que me porté contigo. Bueno, y con tu primo.
-Yo sé que en el fondo tiene que haber una razón para que le hayas hecho eso a Zac. Tú no tienes tanta maldad.
-Gracias-me besó en la mejilla y me abrazó.
Justo en ese momento, entró Zac en la habitación.
-Javi, como no bajes… Vaya, creo que interrumpo.
-No, es que me estaba dando las gracias por dejarla dormir aquí. Yo me voy para abajo.
-Y yo-contestó Zac.
-No, espera Zac.
Zac se paró y se dio la vuelta.
Ahora me tapé con más razón. Zac nunca me había visto sin ropa y parecía un poco nervioso.
-No quiero escucharte, Evelyn. Sólo te digo que voy a empezar una nueva vida, en la que tú no entras para nada.
-¿Ya me has olvidado?-dije llorando.
-Perdona, pero no soy yo el que un día te quiere y al día siguiente se lía con otra en tus narices-salió de la habitación y bajó las escaleras muy rápido.
Joder, si es que tiene razón, soy lo peor. Clara lo es.
A ver cómo me las arreglo yo ahora. Pero es que yo no puedo más, tengo que contárselo a alguien. A Laura no puedo, que últimamente está muy unida a María José, y como es familia de Xiza, prefiero que no. Mi hermana, se preocuparía por mí y la liaría. Prácticamente, todos mis amigos son familia de Xiza y Zac. Así, que la persona a la que se lo voy a contar, lo tengo muy claro. Sergio.
Me levanté de la cama y me puse el vestido, ya que dormí en ropa interior.
Bajé abajo y estaban todos comiendo en la mesa.
-Evelyn, ya creía que no te levantarías nunca-Sergio y Javi fueron los únicos que me miraron. Los demás pasaron de mí-¿Tienes hambre?
-No, gracias Sergio. Oye, ¿habéis visto mi móvil?
-Lo tengo yo. Es que ha llamado tu madre, pero no te preocupes, que se lo he explicado todo y está más calmada-Sergio me alargó el móvil.
-Gracias. Oye, ¿me llevas a casa?
-Venga, vamos.
Sergio se levantó de la mesa y se despidió de todos. Ya en la puerta, me preguntó.
-¿Estás bien?
-Sí, tengo que hablar contigo.
-¿Serio?
-Bastante.
-Pues desembucha.
-Aquí no, prefiero en casa.
-Hecho-arrancó la moto y llegamos pronto a casa.
Nada más aparcar la moto, ya me estaba interrogando.
-Ven, vamos a la piscina.
Nos sentamos en el filo de la piscina con los pies en el agua.
-A ver… cómo empiezo… Digamos que últimamente he hecho cosas en contra de mi voluntad
-¿Cómo, te obligan?
-Más o menos.
Sergio se puso serio. Ahora prestaba mucha más atención.
-Digamos que cierto personaje, tiene cosas que puede presentar en contra de personas a las que quiero.
-No será lo que estoy pensando… Evelyn, sé más directa.
-Joder, que la pelea con Clara fue grabada, con la escenita de Xiza incluida. Y Clara, me ha estado chantajeando. Me amenazaba con denunciarnos enseñando el vídeo, lo que a Xiza la metería en problemas al ser mayor de edad. ¿Te parece lo suficientemente directo? Tuve que dejar de hablar con Zac, tuve que hacer que fuera a la fiesta, y tuve que besar a Óscar al lado de Zac.
-No me lo puedo creer. Pero, ¡¿Cómo te lo has callado?!
-¡Tenía miedo! Pensé que para Zac era mejor separarse de mí que de su hermana.
-¡Es que no me entra en la cabeza!
-Joder, ¡¿tú te crees que a mí me ha gustado?!
Comencé a llorar y Sergio me abrazó.
-Evelyn, tenemos que contarlo.
-¡No, no, no! No se puede, que nos denuncia Xiza.
-Tú déjame a mí, que yo lo controlo con Clara.
-Tú verás, pero se te va a ir de las manos.
Un tiempo después.
Estuve semanas así, aguantando la presión y las malas miradas… En ocasiones, hasta Laura parecía mirarme mal.
Hasta que un día, Sergio me cortó el hilo.
-Pero Sergio, ¿dónde vamos?
Ese camino… iba a un lugar en concreto…
-Ahora lo verás.
Llegamos a la casa. Inconfundible, la casa de Javi.
-¿Qué hacemos aquí?
-Calla.
Entramos adentro, y allí estaban todos. Hasta Zac.
-Sergio, ¿quieres decirnos ya qué hacemos aquí?
-A ver, es que Evelyn tiene que decirnos algo importante. Lleva más de tres semanas aguantando, pero yo no quiero que siga así. Así que, venga Evelyn.
Empecé con un poco de miedo, pero fui contándolo todo poco a poco, detallado, cómo me sentía.
Noté que ciertas miradas no me creían, como María José. Creo, que fue porque seguía disgustada.
Los ojos de Zac se fueron abriendo cada vez más, incluso me pareció ver salir de ellos una lágrima, en la parte que respecta a él y a mí.
Xiza, no daba crédito a lo que escuchaba, por lo de su hermano me había cogido un odio increíble, y ahora pensar que todo fue para salvarla a ella…
-Pero, ¿tú estás segura de que ella tiene un vídeo?-preguntó Dani.
-Sí, yo misma vi el vídeo en su móvil.
Entonces se hizo el silencio. Decidí hablar yo, lo vi correcto.
-Y eso es todo, lo siento mucho chicos. Sobre todo por ti, Zac.
Nadie más pronunció palabra en ese momento. Sergio, al rato, decidió hablar.
-Bueno, pues eso, que vi conveniente que os lo contara todo.
-Pues hay que hacer algo, la zorra esa no va a salirse con la suya-dijo María José.
Todos comenzaron a discutir y compartir opiniones.
Yo me limité a quedarme allí de pie, mirando.
Hasta que Xiza se levantó y vino adonde yo estaba.
-¿Podemos hablar?-su mirada era serena y tranquila.
-Por supuesto.
Fuimos a la cocina, y por unos instantes, se hizo el silencio.
-Lo siento mucho Evelyn, me equivoqué contigo. Pero entiéndeme, no sabía nada, y mi hermano sufrió tanto…
-No te preocupes, te entiendo. Y de verdad que no lo hice con maldad ninguna, que lo hice con mis mejores intenciones.
-Lo sé… lo quieres mucho, ¿verdad?
-¿A tu hermano? Ni te imaginas…-las dos sonreímos.
-Pues adelante, porque ya te digo yo que como te quiere él no te va a querer nadie. Por cierto, del tema de Clara me ocupo yo.
-Pero, ¿estás segura?
-Que sí, yo no tengo antecedentes ningunos. En el caso que se enseñara el vídeo, como mucho tendría que pagarle dinero. Pero en una cosa sí que voy a necesitar tu ayuda.
-¿Mi ayuda?
-Sí, ya te explicaré.
Justo en ese momento, entró Javi por la puerta.
-Oye, que estos quieren ir a tomar un helado al “francés”, ¿venís o qué?
-Sí, vamos-dijo Xiza
A mí me frenó Javi y me susurró al oído.
-Ya te dije que había una razón para que le hicieras eso a mi primo.
Me entró un escalofrío.
-A propósito…
-No está. No sé dónde ha ido-dijo un poco decepcionado, ante mi respuesta supongo.
-Ah, vale… gracias. Vámonos.
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