lunes, 3 de enero de 2011

Cap.27 Sergio, mi peluche

Javi y yo nos encontrábamos en mi cuarto, charlando.
No había tensiones, y para mi sorpresa, no había intentado nada conmigo.
-Anda que la última vez que estuve en tu cuarto lo pasé…-dijo Javi.
-Perdona, pero aquí la señorita lo pasó peor, que fui la que te vio.
-Bueno, bueno… no eres tan sensible cuando ayer casi matas a la rubia esa-los dos estallamos en carcajadas.
-Pero esa se lo merecía, a mí no se me tocan los ovarios.
-Ya, ya… ¿o tenía algo que ver con las miradas que le echaba a Zac?
-¿A Zac…? No me fijé, no me di ni cuenta.
-Sí, claro, porque tú estabas con el otro moreno.
-Óscar.
-Como se llame…
-Pero que me da igual, que yo no estoy con tu primo.
-Pues no lo parece.
-Dejemos el tema.
-Como quieras-admitió y se hizo el silencio unos instantes.
-¿Qué hora es?-pregunté para romper el silencio.
-Las nueve-dijo tras mirar su reloj de muñeca.
-Buena hora-dije sonriendo.
-¡Evelyn!-gritó mi madre desde abajo.
-¿Qué?-contesté abriendo la puerta.
-Estoy preparando la cena, ¿el chico se queda?
-¡Sí!-grité sin ni siquiera preguntar a Javi.
Cerré la puerta y me encontré con la mirada asesina de éste.
-Uy, qué mirada, ¿qué pasa?
-Tú ni preguntas, para qué, ¿no?-dijo sonriendo.
-Venga, si en el fondo lo estás deseando… Además, que yo ahora necesito un amigo.
-Amigo-le oí susurrar, pero decidí dejarlo pasar-¿y para qué?
-A ver Javi, lo bueno de ser amigos es que no importa la razón cuando se trata de apoyarse.
-Pero los amigos se cuentan las cosas, ¿no?
-Joder Javi, no empieces… de verdad que no te puedo contar nada.
-¡Evelyn!-volvió a gritar mi madre.
-¿Qué?
-¡Está aquí Sergio!
-¡Que venga!
-Bueno, yo mejor me voy-me dijo Javi.
-No, quédate…-no me dejó ni hablar, me dio un beso en la mejilla y se fue.
Y tal y como uno salió, entró el otro.
-Oye, que me he encontrado a Javi por las escaleras.
-Pues eso es porque no es invisible.
-Joder, ¿cómo estamos, no? Si tenía razón Zac.
-¡¿Cómo?!
-Eh, nada.
¿Cómo que nada? No me lo puedo creer, Zac lo ha llamado también a él, pero ¿este niño es tonto?
-Sí, has dicho que Zac tenía razón. ¿Te ha llamado a ti también?
-¿También? ¿A quién más ha llamado?
-¡Ajá! ¡Te pillé! Llamó a María José estando yo en su casa, por eso estaba aquí Javi, me acompañó a casa.
-A ver, no te lo tomes mal. Dice que te notó rara y seca con él, y me llamó para ver si yo sabía algo.
-Pues se va a enterar, ¡ahora mismo lo llamo!
-No, estate quieta, que me va a echar las culpas.
-¡Me da igual!-chillé, estaba súper mosqueada.
Busqué el número de Zac en la agenda y lo llamé.
-Pon al menos el altavoz que lo escuche.
Así lo hice, y esperé a que lo cogiera.
-¡Evelyn! ¿Cómo estás?
-Pues no sé, dímelo tú. Tienes que saberlo, has llamado a media ciudad preguntando por mí.
-Evelyn, yo…
-¡Tú nada! Que si te digo que no puedo quedar, es ¡porque no puedo quedar!
-Lo siento.
-¡¿Qué lo sientes?!
-Joder, tampoco es tan malo lo que he hecho, ¡coño!
-¡A mí no me chilles!
-¡Pero si has empezado tú!
-¡Paso!-dije y colgué.
Fue colgar y ponerme a llorar. Menos mal que estaba allí Sergio conmigo, para darme un bue abrazo y consolarme.
Estuvimos callados mucho rato, hasta que mi madre nos avisó de que la cena estaba hecha.
-Sergio, yo no quiero bajar…
-No te preocupes, que bajo a por la comida y cenamos juntos aquí arriba.
Sergio bajó y al cabo de un rato subió con una bandeja en la que estaba la comida. Había pechuga de pollo a la plancha con patatas fritas.
Me vino muy bien que Sergio estuviera conmigo, me hizo mucha compañía y me hizo reír mucho.
-Entonces, Zac te gusta, ¿o no?
-Sí, si gustarme me gusta. Pero es que ahora no sé qué puedo hacer, la he cagado.
-Igual no está muy enfadado…
-Además, si peleamos ahora, imagínate estando juntos.
-Y una preguntita, ¿por qué se supone que no podíais quedar?
-Tenía cosas que hacer.
-Bueno, si tú lo dices te creo, yo no me meto.
Terminamos de comer, y tras charlar un buen rato, a las doce Elena llamó a Sergio al móvil e insistí en que podía irse a casa.
-¿Seguro? Puedo quedarme aquí a dormir contigo por si necesitas un peluche por la noche para abrazar.
-Que no, tú vete con Elena y no te preocupes.
-Vale, pero si necesitas algo me llamas.
-Que sí.
Nos despedimos con un beso en la mejilla y un abrazo, y luego se fue,
Lo primero que hice fue conectarme al Tuenti para ver si tenía nuevas órdenes de Clara. Y en efecto, tenía un mensaje privado de ella.
#Clara Torres: “Vaya, vaya, veo que no pierdes el tiempo, te dije que te alejaras del moreno, y te vas a por el rubio… qué, ¿te lo has tirado? Jaja, ¡y luego dices que la puta soy yo! Bueno, tengo más planes para ti, por lo pronto, el lunes a la misma hora, en el mismo sitio”.
¿Qué si me lo he tirado? ¡Esta se cree que soy como ella!
Decidí contestar.
#Yo: “existe la amistad entre hombre y mujer, sin necesidad de sexo. Javi es mi amigo, y me acompañó a casa, sólo eso. Además, no tengo por qué darte explicaciones. Lo único que tengo que hacer es alejarme de Zac, no darte explicaciones. Bueno, que sí, que hasta el Lunes”.
No sabía si reír o llorar, esta tía me estaba amargando la vida. No sabía por cuánto tiempo podría estar alejada de Zac.
Y como cada noche, Laura me habló.
Laura: ¡Evelyn! Necesito que vengas conmigo a un sitio.
Yo: Claro ¿adónde?
Laura: es el cumpleaños de mi prima pequeña, y quiero comprarle el nuevo disco de Justin Bieber, que le gusta mucho.
Yo: ¿cuántos cumple?
Laura: cumple catorce años.
Yo: claro, yo iré contigo, ¿cuándo?
Laura: el cumpleaños es el miércoles pero el martes tengo dentista, y he quedado con María José para organizar las cosas de una fiesta, así que tendría que ser mañana lunes.
Yo: es que el lunes no puedo, lo siento.
Laura: ¿y eso?
Yo: porque no puedo, tengo cosas que hacer. ¿Y qué es eso de una fiesta?
Laura: es que los padres de María José se van a no sé dónde, y queremos dar una “fiesta ibicenca”
Yo: ¡qué bien! ¿Y quién va?
Laura: pues la lista aún no está hecha, pero será tipo de la última, con mucha gente, pero daremos invitaciones para que no entren desconocidos.
Yo: bueno, me piro que tengo sueño, buenas noches, te quiero.
No la dejé contestar, lo que me hacía falta es que me volviera a sacar el tema del regalo de su prima. Y como el lunes tenía que ir con Clara… ¡vaya mierda!

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