sábado, 8 de enero de 2011

Cap.40 Despedidas

-Bueno, ¿qué película vemos?
-Yo quiero ver una de miedo-dijo Dani.
-Yo una romántica-prosiguió Laura.
Empezaron una pequeña discusión sobre qué película ver.
-A ver-les dije-de miedo, quieren verla Sergio, Dani, Adrián y María José. La romántica, quieren verla Xiza y Laura. Y yo me meteré con David a ver la que él quiera. ¿Listo? Y el individuo que queda, que se meta donde quiera-dije con aire divertido.
Los chicos y María José se meterían a ver “Los ojos de Julia”. Laura y Xiza, entrarían a ver “Tres metros sobre el cielo”. Yo, entraría a ver “Las crónicas de Narnia” con David.
Todos compraron las entradas, menos David, Javi y yo.
-Dos entradas para las Crónicas de Narnia, por favor.
-Tres-dijo una voz detrás de mí.
Increíble. Es que no me entra en la cabeza. Pero, ¿qué hace este niño viendo esta película, que no creo ni que le guste?
-¡Bien! Javi, ¿te pondrás a mi lado?
-Claro que sí, ¿somos colegas no? Tenemos que estar juntos.
-Cóbrate dos entradas de aquí-le di un billete de diez euros, y me devolvió un euro.
Pagué las entradas, y pasando de Javi arrastré a David hasta el puesto de palomitas y comida.
-Yo quiero chucherías.
-No, te compraré palomitas.
-¡Y coca cola!
-No, no puedes beber cafeína, que luego no duermes. Te pediré un zumo.
-Qué plasta.
-¡Oye! A mí no me llames así eh, que no te llevo más a ningún lado.
Compré las palomitas y me entré en la sala. Ya estaban poniendo los anuncios anteriores a la película.
Poco después, llegó Javi.
-¡Hala! ¡Cuántas cosas!
Creo que le gustaba llevarme la contraria. Traía en las manos un vaso súper grande de coca cola supongo, con dos pajitas, y una bolsa enorme con chucherías y paquetes y todo…
-No David, son para él. ¿Y tú no puedes sentarte en otro sitio?
-Es que mi entrada me asigna este sitio. Y las chucherías son para los dos, para mi coleguita y para mí, eh chaval. Cómo te vas a poner…
-Javi, no…
-Joder Evelyn, eres una tía muy amargada-odiaba su carácter de chulito-deja que el chico coma y beba lo que quiera… si no lleva apenas alcohol.
-¡¿Qué?!
-Que es broma.-dijo riéndose- Qué fácil es engañar a tu tía eh, colega.
-Sí, jaja.
Es tan… ¡Arg! Insoportable. Increíblemente insoportable.
Durante la película noté su mirada posada en mí varias veces.
Verlo jugar y decir tonterías con David me gustaba, tenía buena mano para los niños.
Y por fin, terminó la película.
La cosa era, que la nuestra terminaba media hora antes que la de los demás, y teníamos que esperarlos.
Estuvimos dando un paseo los tres.
-¿Te ha gustado David?
-Sí, ¡ha sido increíble! Con las espadas, y el dragón, ¡yo de mayor seré así!
-Pero si eso solo es en las películas, no existen.
-Es verdad… pues de mayor, ¡seré como Javi!
Javi lo oyó y se rió, aunque giró la cara para no enfadarme aún más.
-Pues mira, prefiero que te parezcas a Zac, que estudia mucho más y tendrá un futuro mejor.
-No, yo quiero como Javi. Es rubio como yo.
-Pero Zac te compra helados.
-Y Javi me ha comprado ropa y unas gafas.
-Que no, que Javi es Javi, y tú de mayor serás David, y basta.
Me sacó la lengua y se fue para el lado de Javi, que lo cogió en los hombros.
-Rubia, es ya la hora, ¿dónde has quedado con esta gente?
-En el Starbucks-dije seca.
-Pues vamos colega.
Eché a andar tras ellos y al llegar ya estaban allí.
-Eh chicos-dijo Dani-, estábamos hablando que ya no tenemos hambre con las palomitas y eso, y pensábamos en irnos ya a casa, que mañana madrugamos todos.
-Casi todos-dijo Xiza riéndose.
-Además yo trabajo en un rato.
-Por mí bien. Además, tengo que despedirme de mi hermana, que se va esta noche.
-¡Es verdad! Que guay tía-dijo Laura.
Nos fuimos hasta los coches, y nos separamos.
Volvimos a sentarnos en el mismo orden en el que habíamos venido.
Pero ahora, íbamos mucho más callados.
David se quedó dormido con la cabeza apoyada sobre las piernas de Javi, que posaba su mano sobre el cuerpo de David, rozando mi mano.
Ese mínimo rozamiento me causó escalofríos, pero no me disgustaba para nada.
-¿Dónde os suelto Evelyn?
-En mi casa, mi hermana estará allí ya.
Llegamos al poco tiempo, y Javi lo bajó del coche cogido en brazos.
Selena no estaba allí, llegaría enseguida.
Guié a Javi hasta el cuarto de David, y poco a poco le quitamos la ropa al pequeño y lo metimos en la cama.
Cerramos la puerta y bajamos las escaleras en silencio.
Salimos a la puerta y me dirigí hasta el coche, donde seguían Dani y Xiza.
-Adiós chicos, gracias por traerme. Si mañana no nos vemos, hasta el fin de semana.
-Buenas noches guapa-me dijo Xiza sonriendo.
-A ti te veo mañana en el instituto-dije dirigiéndome a Javi-hasta mañana.
-Sí, sí, buenas noches.
-Soso.
-Amargada.
Me giré de golpe y me dirigí hacia mi casa, oyendo las risas de Javi tras de mí.
Al entrar, me senté en el sofá a esperar a Selena con mis padres, mientras le contaba mi día. No tardó mucho.
-Evelyn, ¿y David?-fue lo primero que dijo al verme.
-Está dormido, en su cuarto.
-Bueno, ahora subiré a darle un beso. Ven aquí anda.
Fui hacia ella y nos abrazamos muy fuerte.
-Cuida bien de mi niño, Evelyn. Que Pedro y mamá trabajan mucho. Y Jonathan también. Sé que no es justo que tengas que estar tres meses cuidando de él, y menos estando en Bachiller, pero es que no me lo puedo llevar…
-Que no te preocupes, si a mí me encanta estar con él. Y a mis amigos también, incluso esta tarde se ha hecho amigo de uno de mi grupo. Le ha comprado una chaqueta de cuero y unas gafas de sol.
-Joder, pues por mí que se lo lleve más días, a ver si me lo acaba vistiendo cada día.-dijo riéndose-Voy a verlo.
Selena subió y Jonathan se sentó en el sofá junto a Pedro, y empezaron a hablar de fútbol.
Al rato bajó de nuevo, con las lágrimas saltadas.
-Cuidármelo mucho por favor…
-Qué tonta, ven aquí-mi madre la abrazó y las dos empezaron a reír y llorar, era una mezcla un tanto extraña.
Estuvimos un rato allí en el salón despidiéndonos, hasta que llegó la hora.
-Bueno, yo tengo que irme, que me estarán esperando.
-Jonathan, ¿tú vas descansado no? Si no la llevo yo-añadió Pedro.
-Sí, no te preocupes esta tarde me eché un rato y voy descansado.
-Bueno, ten cuidado eh.
Tras otra pequeña despedida, se fue.
Yo subí a ducharme y me acosté, estaba agotadísima.

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