Estábamos en mi cuarto, cara a cara. El silencio nos invadió por un instante, pero pronto lo rompió.
-Me ha costado, pero he asimilado que sólo podeos ser amigos y tú estás con mi primo Javi. Dejemos todo esto, y seamos amigos.
-Claro-dije sonriendo.
-Pero una última cosa, ¿de verdad te gusto?-dijo sonriendo.
Yo me limité a sonreír mientras salía de la habitación. Bajamos abajo y estaban sacando la tarta. Nos sacamos unas fotos con el pequeño y con la tarta, y tras cantarle nos la comimos.
Después fueron los regalos, y yo le di mi nintendo DS.
-¡La nintendo! ¡Mira mamá la nintendo!-gritó contento.
-¿Qué se dice?-le dijo mi hermana.
-¡Gracias tita!-dijo y me abrazó.
Mis amigos le trajeron cosillas que le hicieron mucha ilusión.
Aunque claro, a un niño de esa edad cualquier cosa le hace ilusión.
Javi estaba muy pegado y cariñoso conmigo, pero Zac también. A mí me daba cosa, pero ¿qué podía hacer?
Laura me vio preocupada y se acercó a hablar conmigo.
-¿Estás bien?
-Sí, claro.
-No, no lo estás. Te conozco desde niñas, y sé que algo te pasa. La Evelyn que yo conocía estaría súper animada jugando con David, Jenny y los demás niños.
-Es que están los dos tan pegados a mí… y yo los quiero mucho a los dos… no sé, siento como si jugara con ellos.
-Tú no estás jugando con ellos, porque les dejaste las cosas claras. A Javi le dijiste que sería un simple rollo, y a Zac ni siquiera eso.
-Pero no me quedo tranquila.
-Vamos a disfrutar de la fiesta, anda.
Volvimos a la fiesta y nos lo pasamos muy bien.
No quedaba apenas nadie en la fiesta, al menos todos los amigos de David se habían ido. Nos habíamos quedado los amigos de mi hermana y mis amigos. Nos quedaríamos hasta tarde, así que mis padres se fueron a dormir a la casa de mi hermana Selena, y ella dormiría aquí con Jonathan y David, que ya estaba dormido. Estuvimos bebiendo mojitos y contando chistes. El más gracioso era Dani. Zac, Adrián y Miguel-amigo de mi hermana, estaban más cortados pero también participaron. Alguno que otro, con tanto mojito se había quedado traspuesto. Bueno, casi todos. María José, Miguel y Zac aún conservaban la compostura.
-Tengo ganas de echar un meo, ¿dónde voy?-decía Javi, bastante animado.
-Ven anda, que te acompaño-le dije para que o meara en cualquier esquina de mi casa.
Llegamos al baño y entró. Vi que tardaba, así que decidí llamar. No contestaba, y no tuve otra cosa que hacer que entrar.
-¿Javi?-nadie contestó.
Entré y me lo encontré tirado en el suelo, con los ojos vueltos hacia atrás y echaba espuma por la boca.
-¡Javi!-chillé histérica.
Recuerdo ese momento como si hubiera sido ayer. Todos los momentos que había pasado con Javi me vinieron a la mente. TODOS.
Apenas pasaron unos segundos y vinieron Zac y algunos más que no recuerdo, donde yo estaba. Le empezaron a mover incluso le echaron agua por encima. Las chicas llamaron a una ambulancia, y Zac me llevó a mi cuarto, cerró la puerta y me tumbó en la cama.
-Evelyn escúchame. Tienes muy mala cara, y veo el miedo en tus ojos. No habrá sido fácil para ti verlo así. Te prometo que en cuanto te tranquilices un poco, yo mismo cojo mi coche y te llevo.
Yo solo asentí, no podía decir palabra.
Estuvimos allí diez minutos, diez largos e intensos minutos, cuando le dije que quería irme. Al bajar abajo no había nadie, se habían ido ya todos para allá.
-Ponte el cinturón-me dijo estando ya en el coche.
Es la secuela de "La vida de Selena Gonzalez" Evelyn, es la hermana pequeña de Selena, que ya tiene sus 16 años bien cumplidos. Ella es muy diferente a su hermana, no le van las relacciones serias ni le va ser una chica buena... es un poco rebelde, hasta que alguien le pare los pies.
sábado, 25 de septiembre de 2010
jueves, 23 de septiembre de 2010
Cap.13 Fiesta de cumpleaños
29 Junio.
Desde aquel día en la casa de Javi, no he vuelto a hablar con Zac. No ayudó que Javi le contara lo sucedido porque según él “quería sincerarse”. No me he enfadado con Javi, pues realmente no sé si lo hizo con maldad. Xiza no me habla mucho, y yo la comprendo. Ahora, María José ha entrado en mi grupo de buenos amigos, de los de verdad con Laura y Sergio.
Hoy era el cumpleaños de mi sobrino, que cumplía siete años. Había invitado algunos amigos a la fiestecilla, como Laura, Sergio, María José-que vendría con Adrián-y Javi.
A Zac no lo invité personalmente, pero le pedí a mi hermana que al invitar a Xiza le dijera que trajera a Zac.
Un poco infantil, pero no quería tener malos rollos con él. Sabía que me iba a costar que entrara en razón y aceptara ser solo mi amigo, pero era un reto que me había puesto a mí misma.
-Tita, ¡dame mi regalo!-me gritaba mi sobrino tirándome los globos que había por el suelo.
-Yo, ya te he dicho que hasta que no soples las velas nada.
Le había comprado una “nintendo DS” roja, que sabía que le iba a gustar. La verdad, he había costado mi trabajito ahorrar, ya que no acepté dinero de mis padres.
A mis amigos les dije que no le compraran nada, que no hacía falta, pero ellos se empeñaron. Comencé a aburrirme de inflar globos y subí a mi habitación.
Puse la música y me eché un rato.
Como era de esperar, me quedé dormida.
-Princesa, despierta-genial, la voz de Javi.
-Hola, ¿qué haces aquí?
-Tú me invitaste, ¿recuerdas? El cumpleaños de tu sobrino.
-Pero, ¿qué hora es?
-La del cumpleaños, así que vamos para abajo.
-Esto… ¿quién hay abajo?
-No, no ha venido.
No contesté, simplemente asentí.
Mi sobrino entró en la habitación, y sacó conclusiones precipitadas.
-¿Ves como era tu novio?-gritó sonriendo.
Bajamos abajo y allí estaban todos mis amigos con los de mi hermana, y los amigos del colegio de David. Vi amigos de mi hermana que hacía tiempo que no veía, como Miguel. Comenzamos a comer bocadillos y chucherías. Pusimos música e hicimos unos juegos para los niños. Hubo cierta pelea entre Jenny y David, pero nada serio. El ambiente era muy bueno, pero yo no estaba bien, faltaba él. No había venido, ni Xiza tampoco.
Javi estaba muy cariñoso conmigo, aunque yo no le echaba mucha cuenta. No lo hacía queriendo, simplemente lo hacía. Empezamos a jugar a la gallinita ciega, y como no, le tocó a la tita.
Me vendaron los ojos con un pañuelo, y pusieron música. Pero por encima de la música, se escuchaban los gritos y las risas de los niños cuando me acercaba a ellos. Toqué algunos niños, pero como no los conocía ni sabía quiénes eran, los soltaba. Era muy mala, no reconocía a nadie. A una persona sí que la reconocí. Reconocí su olor, su pelo, incluso su aliento. También, porque se me puso la piel de gallina con solo tocarlo. Lo notaba presente, era él.
Tenía que hablar con él, como fuera.
-¡Es Zac!-dije quitándome el pañuelo.
Los niños empezaron a gritar y aplaudir y Zac se limitó a sonreírme. Sonreía como antes, como MI Efron.
-Vamos a sacar la tarta-gritó mi hermana-sentaros en la mesa.
Los niños fueron corriendo a la mesa del jardín muy emocionados, y yo me quedé con Zac.
-Zac, quiero hablar contigo.
-Claro.
Fuimos a mi habitación y nos sentamos en la cama.
-Zac, yo…
-No, Evelyn. Déjame hablar a mí.
Desde aquel día en la casa de Javi, no he vuelto a hablar con Zac. No ayudó que Javi le contara lo sucedido porque según él “quería sincerarse”. No me he enfadado con Javi, pues realmente no sé si lo hizo con maldad. Xiza no me habla mucho, y yo la comprendo. Ahora, María José ha entrado en mi grupo de buenos amigos, de los de verdad con Laura y Sergio.
Hoy era el cumpleaños de mi sobrino, que cumplía siete años. Había invitado algunos amigos a la fiestecilla, como Laura, Sergio, María José-que vendría con Adrián-y Javi.
A Zac no lo invité personalmente, pero le pedí a mi hermana que al invitar a Xiza le dijera que trajera a Zac.
Un poco infantil, pero no quería tener malos rollos con él. Sabía que me iba a costar que entrara en razón y aceptara ser solo mi amigo, pero era un reto que me había puesto a mí misma.
-Tita, ¡dame mi regalo!-me gritaba mi sobrino tirándome los globos que había por el suelo.
-Yo, ya te he dicho que hasta que no soples las velas nada.
Le había comprado una “nintendo DS” roja, que sabía que le iba a gustar. La verdad, he había costado mi trabajito ahorrar, ya que no acepté dinero de mis padres.
A mis amigos les dije que no le compraran nada, que no hacía falta, pero ellos se empeñaron. Comencé a aburrirme de inflar globos y subí a mi habitación.
Puse la música y me eché un rato.
Como era de esperar, me quedé dormida.
-Princesa, despierta-genial, la voz de Javi.
-Hola, ¿qué haces aquí?
-Tú me invitaste, ¿recuerdas? El cumpleaños de tu sobrino.
-Pero, ¿qué hora es?
-La del cumpleaños, así que vamos para abajo.
-Esto… ¿quién hay abajo?
-No, no ha venido.
No contesté, simplemente asentí.
Mi sobrino entró en la habitación, y sacó conclusiones precipitadas.
-¿Ves como era tu novio?-gritó sonriendo.
Bajamos abajo y allí estaban todos mis amigos con los de mi hermana, y los amigos del colegio de David. Vi amigos de mi hermana que hacía tiempo que no veía, como Miguel. Comenzamos a comer bocadillos y chucherías. Pusimos música e hicimos unos juegos para los niños. Hubo cierta pelea entre Jenny y David, pero nada serio. El ambiente era muy bueno, pero yo no estaba bien, faltaba él. No había venido, ni Xiza tampoco.
Javi estaba muy cariñoso conmigo, aunque yo no le echaba mucha cuenta. No lo hacía queriendo, simplemente lo hacía. Empezamos a jugar a la gallinita ciega, y como no, le tocó a la tita.
Me vendaron los ojos con un pañuelo, y pusieron música. Pero por encima de la música, se escuchaban los gritos y las risas de los niños cuando me acercaba a ellos. Toqué algunos niños, pero como no los conocía ni sabía quiénes eran, los soltaba. Era muy mala, no reconocía a nadie. A una persona sí que la reconocí. Reconocí su olor, su pelo, incluso su aliento. También, porque se me puso la piel de gallina con solo tocarlo. Lo notaba presente, era él.
Tenía que hablar con él, como fuera.
-¡Es Zac!-dije quitándome el pañuelo.
Los niños empezaron a gritar y aplaudir y Zac se limitó a sonreírme. Sonreía como antes, como MI Efron.
-Vamos a sacar la tarta-gritó mi hermana-sentaros en la mesa.
Los niños fueron corriendo a la mesa del jardín muy emocionados, y yo me quedé con Zac.
-Zac, quiero hablar contigo.
-Claro.
Fuimos a mi habitación y nos sentamos en la cama.
-Zac, yo…
-No, Evelyn. Déjame hablar a mí.
lunes, 20 de septiembre de 2010
Cap.12 Los errores se repiten
Los humanos… esos seres que tropiezan dos veces con la misma piedra. Increíblemente cierto. Javi me invitó a comer a su casa, y yo accedí. Me dijo que me arreglara un poco, y para mi sorpresa al llegar allí, era una comidita familiar… genial. ¿Y con qué fin? Para celebrar que Zac se mudaba definitivamente.
Me había puesto un vestido de tirantas rojo con unas sandalias negras, mi bolso negro y el pelo liso.
Antes de sentarnos en la mesa cogí a Javi y me lo llevé a la habitación a la que me llevó y me besó Zac en la fiesta.
-Javi, ¿cómo me traes aquí? ¿A ti tu primo qué te ha hecho hijo mío?
-Mi primo no me ha hecho nada, simplemente quería que estuvieras aquí con mi familia.
-Pero, es que esto para tu primo no es bueno…
-A ver Evelyn, a mí también me gustas. No puedo hacerle nada, y porque le gustes a mi primo no voy a parar… Se supone que si te liaste conmigo tengo más posibilidades ¿no?
-Ay, yo que sé. Vamos anda.
Volvimos a la mesa y allí estaban todos charlando y riendo. Me senté entre Zac y Javi… había que ser muy tonta, pero me senté la última y fue el asiento que me dejaron.
-Bueno, ¿tú eres Evelyn no?-me preguntó la que resultaba ser la madre de Javi-la amiga de mi niño.
-Tita… es amiga de todos nosotros-dijo Xiza mirando a Zac, preocupada-de Javi, Dani, María José, mía… y de Zac.
-Zac no me habías dicho que habías hecho amigas ya-dijo la madre de Zac. Supe que era ella porque había ido de pequeña en un par de ocasiones con mi hermana a la casa de Xiza.
-Sí, la conocí hace unos días-dijo serio y sin expresión.
-Evelyn, tú me das un aire a alguien… pero no sé a quién-dijo la madre de Xiza con cara pensativa.
-Es hermana de Selena, mi amiga-contestó Xiza.
-Ah, ¡la mamá del niño rubio! Qué lindo es, ¿y cómo está?
-Pues muy bien, muy revoltoso siempre-añadí sonriendo.
Comimos entre anécdotas muy divertidas, y después hubo una ronda de chupitos.
-¡Por nuestra nueva vida en España!-dijo el padre de Zac.
Brindamos y los más jóvenes nos fuimos al mismo cuarto que hacía unos días, y que hacía unas horas que había entrado, a hacer el ganso.
-Oye, ¿me traigo la Wii y jugamos un rato?-dijo María José.
-Venga, yo te ayudo-le contestó Adrian, que también estaba allí.
-Pues yo voy a hacer mojitos-dijo Xiza-ven Evelyn, ayúdame-dijo tirándome del brazo hacia la cocina.
Salimos de allí y dejamos solos a Dani, Javi y Zac. También estaban los pequeños. Eran Mitchie y Jeison, primos de Zac y Javi. Americanos, sí. Eran mellizos de diez años, súper graciosos.
Ya en la cocina, empecé a hablar con Xiza.
-Evelyn igual no lo haces queriendo pero tú no sabes el daño que le estás causando a mi hermano… ¿por qué con Javi? Según tengo entendido porque sólo quiere rollo, ¿es que no hay otro tío que solo busque rollo? No quiero echarte la bronca ni nada, sólo quería que lo supieras.
-Xiza yo entiendo que lo digas porque es tu hermano, pero no puedo corresponderle.
-¿Por qué?
-¿Cómo? ¿Qué pregunta es esa?
-Es fácil, ¿por qué? Dilo claro. No te gusta.
-Sí me gusta.
-¿Quién?
-¡Zac!-dije ya alterada.
-Genial, todo lo que necesitaba saber-dijo sonriendo satisfecha.
-Xiza, ¿qué ocurre?
-¡Adiós!
-¡Los mojitos!
-Ya te ayudo yo-dijo Zac saliendo de detrás de la puerta.
-¡¿Cómo?!-grité sorprendida-¿lo teníais planeado?
-Evelyn necesitaba saberlo-dijo sonriendo.
-No hay nada que saber-dije cabreada y me fui.
-¡Evelyn espera!-gritó, aunque lo oía de fondo.
Llegué a la salita, cogí a Javi por el brazo y me dirigí hacia las escaleras.
-¿Dónde vamos?
-¡A tu cuarto!
Subimos las escaleras y llegamos a su cuarto, adonde comenzamos a besarnos salvajemente. Nos tumbamos en la cama, le quité la camiseta y él me quitó el vestido. Seguimos besándonos y acariciándonos por todo el cuerpo. Igual se me fue un poco de la mano, ya que nos dejamos llevar, y pasó lo que tenía que pasar. Gracias a Dios, su casa es muy grande y su habitación estaba al final del pasillo, así si hicimos mucho ruido no nos oyeron.
La verdad me había sentado fenomenal, aparte de a Oscar, a nadie le había entregado mi cuerpo así. Incluso, me había encantado, ni siquiera estaba arrepentida como creía que podría estar.
Y allí me encontraba, tirada en su cama apoyando mi cabeza sobre tu pecho, medio desnuda y medio tapada con una sábana blanca.
Conclusión: ese ser que tropieza dos veces con la misma piedra, no es que sea tonto, es que es humano.
Me había puesto un vestido de tirantas rojo con unas sandalias negras, mi bolso negro y el pelo liso.
Antes de sentarnos en la mesa cogí a Javi y me lo llevé a la habitación a la que me llevó y me besó Zac en la fiesta.
-Javi, ¿cómo me traes aquí? ¿A ti tu primo qué te ha hecho hijo mío?
-Mi primo no me ha hecho nada, simplemente quería que estuvieras aquí con mi familia.
-Pero, es que esto para tu primo no es bueno…
-A ver Evelyn, a mí también me gustas. No puedo hacerle nada, y porque le gustes a mi primo no voy a parar… Se supone que si te liaste conmigo tengo más posibilidades ¿no?
-Ay, yo que sé. Vamos anda.
Volvimos a la mesa y allí estaban todos charlando y riendo. Me senté entre Zac y Javi… había que ser muy tonta, pero me senté la última y fue el asiento que me dejaron.
-Bueno, ¿tú eres Evelyn no?-me preguntó la que resultaba ser la madre de Javi-la amiga de mi niño.
-Tita… es amiga de todos nosotros-dijo Xiza mirando a Zac, preocupada-de Javi, Dani, María José, mía… y de Zac.
-Zac no me habías dicho que habías hecho amigas ya-dijo la madre de Zac. Supe que era ella porque había ido de pequeña en un par de ocasiones con mi hermana a la casa de Xiza.
-Sí, la conocí hace unos días-dijo serio y sin expresión.
-Evelyn, tú me das un aire a alguien… pero no sé a quién-dijo la madre de Xiza con cara pensativa.
-Es hermana de Selena, mi amiga-contestó Xiza.
-Ah, ¡la mamá del niño rubio! Qué lindo es, ¿y cómo está?
-Pues muy bien, muy revoltoso siempre-añadí sonriendo.
Comimos entre anécdotas muy divertidas, y después hubo una ronda de chupitos.
-¡Por nuestra nueva vida en España!-dijo el padre de Zac.
Brindamos y los más jóvenes nos fuimos al mismo cuarto que hacía unos días, y que hacía unas horas que había entrado, a hacer el ganso.
-Oye, ¿me traigo la Wii y jugamos un rato?-dijo María José.
-Venga, yo te ayudo-le contestó Adrian, que también estaba allí.
-Pues yo voy a hacer mojitos-dijo Xiza-ven Evelyn, ayúdame-dijo tirándome del brazo hacia la cocina.
Salimos de allí y dejamos solos a Dani, Javi y Zac. También estaban los pequeños. Eran Mitchie y Jeison, primos de Zac y Javi. Americanos, sí. Eran mellizos de diez años, súper graciosos.
Ya en la cocina, empecé a hablar con Xiza.
-Evelyn igual no lo haces queriendo pero tú no sabes el daño que le estás causando a mi hermano… ¿por qué con Javi? Según tengo entendido porque sólo quiere rollo, ¿es que no hay otro tío que solo busque rollo? No quiero echarte la bronca ni nada, sólo quería que lo supieras.
-Xiza yo entiendo que lo digas porque es tu hermano, pero no puedo corresponderle.
-¿Por qué?
-¿Cómo? ¿Qué pregunta es esa?
-Es fácil, ¿por qué? Dilo claro. No te gusta.
-Sí me gusta.
-¿Quién?
-¡Zac!-dije ya alterada.
-Genial, todo lo que necesitaba saber-dijo sonriendo satisfecha.
-Xiza, ¿qué ocurre?
-¡Adiós!
-¡Los mojitos!
-Ya te ayudo yo-dijo Zac saliendo de detrás de la puerta.
-¡¿Cómo?!-grité sorprendida-¿lo teníais planeado?
-Evelyn necesitaba saberlo-dijo sonriendo.
-No hay nada que saber-dije cabreada y me fui.
-¡Evelyn espera!-gritó, aunque lo oía de fondo.
Llegué a la salita, cogí a Javi por el brazo y me dirigí hacia las escaleras.
-¿Dónde vamos?
-¡A tu cuarto!
Subimos las escaleras y llegamos a su cuarto, adonde comenzamos a besarnos salvajemente. Nos tumbamos en la cama, le quité la camiseta y él me quitó el vestido. Seguimos besándonos y acariciándonos por todo el cuerpo. Igual se me fue un poco de la mano, ya que nos dejamos llevar, y pasó lo que tenía que pasar. Gracias a Dios, su casa es muy grande y su habitación estaba al final del pasillo, así si hicimos mucho ruido no nos oyeron.
La verdad me había sentado fenomenal, aparte de a Oscar, a nadie le había entregado mi cuerpo así. Incluso, me había encantado, ni siquiera estaba arrepentida como creía que podría estar.
Y allí me encontraba, tirada en su cama apoyando mi cabeza sobre tu pecho, medio desnuda y medio tapada con una sábana blanca.
Conclusión: ese ser que tropieza dos veces con la misma piedra, no es que sea tonto, es que es humano.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Cap.11 Confesiones
Estaba nerviosa, muy nerviosa. Aún llevaba el pelo húmedo tras haberme bañado, así que fui a secármelo.
No tardé mucho, y decidí conectarme. No había nadie de mi agrado. ¿Decepción? Seguro. Decepción por no ver a Zac conectado, pero claro, había que pensar, que yo no tenía su Messenger. Así, que me conecté al Tuenti. Sí, allí si estaba, pero no pensaba hablarle… que me hablara él. Aunque yo tenía claro que él no iba a hacerlo.
Menudo cacao tenía hecho en la cabeza, nadie se lo podía imaginar. Zac tenía que decirme algo, lo sabía estaba segura, pero no podía. Javi le dijo algo importante a Zac, que no le hizo nada de gracia. Menuda película… para un solo día.
Al fin me habló, menos mal.
Zac: Mira pequeña no voy a andarme con rodeos.
Evelyn: Tú dirás.
Zac: Sabrás que me fui de allí por algo que mi primo me dijo al oído, ¿no?
Evelyn: Sí, algo así.
Zac: Mi primo me pidió las llaves del coche.
Evelyn: ¿Para qué?
Zac: Vamos Evelyn, ya lo sabes… quería llevarte a no sé dónde, y… no sigo.
Evelyn: Vale, vale, lo capto.
Zac: Perdona por haberme ido así antes, es que no entiendo porqué él sí y yo no…
Evelyn: Zac porque tú no quieres rollo… ¡tú quieres una relación seria!
Zac: ¡Pues si quiero una relación seria, es porque te has hecho de querer en muy pocos días!
Evelyn: ¿Cómo? ¿Querer? Zac… Tú… ¿Me quieres?
Zac se ha desconectado.
Genial. Yo sabía que le gustaba, pero querer son palabras mayores. Es que es imposible, en tan sólo dos o tres días… Quién sabe, igual existe el amor a primera vista.
Me rayé un poco, pero de repente entró en la habitación mi sobrino, que esta noche dormiría allí con nosotros.
-¡Tita! ¡Lo he roto! ¡He roto el colgante que mamá me dio! ¡Va a matarme!
-A ver, déjamelo-el colgante era de su padre, de su verdadero padre. Falleció tras dejar embarazada a mi hermana. El colgante era un corazón con perlitas por los bordes y en el centro ponía “DAVID”. El colgante se lo regaló su padre David a mi hermana, y ella le cambio la cadena cuando el pequeño nació para ponérselo a él-no está roto, es que te lo has desabrochado, ven aquí que te lo ponga-se lo puse y se fue gritando “abuela”.
Tenía la cabeza increíblemente loca, sin saber qué podía hacer.
Javi quería llevarme a la cama, cosa a la que igual no me hubiera negado. Zac, me quería. Y supongo que ahora Xiza lo sabía todo, porque corrió tras ellos en la playa.
Y yo quedaba ahora como la mala por no darle una oportunidad a Zac, y sí a Javi, ya que Javi no me quería.
La verdad era raro que yo me rayara, ya que yo normalmente pasaba de todo. Y eso pensaba hacer, estaba pasándolo muy mal, así que decidí pasar de todo y seguir con mi vida como lo hacía antes, sin preocuparme por nada ni nadie. Sé que suena un poco egoísta, pero me daba igual en esos momentos.
Estaba un poco aburrida, así que decidí acostarme.
Por la mañana, me despertó mi sobrino llamando a mi puerta, ya parecía una costumbre. Le abrí la puerta y le dejé entrar.
-David, ¿qué quieres? Que es muy temprano…
-Que no quiero nada.
-¿Entonces por qué vienes?
-No por nada, tu novio, que está abajo.
-¿Qué novio? Cariño, yo no tengo novio.
-Que sí, el rubio-genial, ahora Javi estaba abajo.
No me lo pensé dos veces y con el mismísimo pijama y los pelos de loca bajé abajo.
Estaba allí sentado con un vaso de leche enfrente y al lado de mi madre y de Pedro.
-Ah, buenos días cielo. Oye, tu amigo Javi es un encanto-dijo mi madre.
-Que no, que es su novio-saltó mi sobrino pero yo le tapé la boca.
-¿Qué haces tú aquí?-dije mirando a Javi.
-Pues cielo está desayunando-dijo mi madre sonriendo.
-Pues con vuestro permiso os lo robo, que ya ha comido bastante-le pegué un tirón de la camiseta y no lo solté hasta que no estuvimos en mi habitación.
-¿Se puede saber qué haces tú aquí?-dije un poco mosqueada.
-Es que quería verte-dijo levantando los hombros y poniendo cara de bueno.
-Por esa te vas a librar-dije y le besé.
-Oye, tu madre un encanto ¡eh!
-Sí, sí… hablando de familia, ¿cómo está tu primo?
-Sabía yo que sacarías el temita.
-¿Por qué no? Es mi amigo.
-No veo que te corresponda como amigo.
-Eso da igual, tú dime cómo está.
-Bien, supongo. No lo veo desde anoche.
-Bueno, ¿vas a explicarme qué haces aquí o no?-le pregunté con un poco de retintín.
No tardé mucho, y decidí conectarme. No había nadie de mi agrado. ¿Decepción? Seguro. Decepción por no ver a Zac conectado, pero claro, había que pensar, que yo no tenía su Messenger. Así, que me conecté al Tuenti. Sí, allí si estaba, pero no pensaba hablarle… que me hablara él. Aunque yo tenía claro que él no iba a hacerlo.
Menudo cacao tenía hecho en la cabeza, nadie se lo podía imaginar. Zac tenía que decirme algo, lo sabía estaba segura, pero no podía. Javi le dijo algo importante a Zac, que no le hizo nada de gracia. Menuda película… para un solo día.
Al fin me habló, menos mal.
Zac: Mira pequeña no voy a andarme con rodeos.
Evelyn: Tú dirás.
Zac: Sabrás que me fui de allí por algo que mi primo me dijo al oído, ¿no?
Evelyn: Sí, algo así.
Zac: Mi primo me pidió las llaves del coche.
Evelyn: ¿Para qué?
Zac: Vamos Evelyn, ya lo sabes… quería llevarte a no sé dónde, y… no sigo.
Evelyn: Vale, vale, lo capto.
Zac: Perdona por haberme ido así antes, es que no entiendo porqué él sí y yo no…
Evelyn: Zac porque tú no quieres rollo… ¡tú quieres una relación seria!
Zac: ¡Pues si quiero una relación seria, es porque te has hecho de querer en muy pocos días!
Evelyn: ¿Cómo? ¿Querer? Zac… Tú… ¿Me quieres?
Zac se ha desconectado.
Genial. Yo sabía que le gustaba, pero querer son palabras mayores. Es que es imposible, en tan sólo dos o tres días… Quién sabe, igual existe el amor a primera vista.
Me rayé un poco, pero de repente entró en la habitación mi sobrino, que esta noche dormiría allí con nosotros.
-¡Tita! ¡Lo he roto! ¡He roto el colgante que mamá me dio! ¡Va a matarme!
-A ver, déjamelo-el colgante era de su padre, de su verdadero padre. Falleció tras dejar embarazada a mi hermana. El colgante era un corazón con perlitas por los bordes y en el centro ponía “DAVID”. El colgante se lo regaló su padre David a mi hermana, y ella le cambio la cadena cuando el pequeño nació para ponérselo a él-no está roto, es que te lo has desabrochado, ven aquí que te lo ponga-se lo puse y se fue gritando “abuela”.
Tenía la cabeza increíblemente loca, sin saber qué podía hacer.
Javi quería llevarme a la cama, cosa a la que igual no me hubiera negado. Zac, me quería. Y supongo que ahora Xiza lo sabía todo, porque corrió tras ellos en la playa.
Y yo quedaba ahora como la mala por no darle una oportunidad a Zac, y sí a Javi, ya que Javi no me quería.
La verdad era raro que yo me rayara, ya que yo normalmente pasaba de todo. Y eso pensaba hacer, estaba pasándolo muy mal, así que decidí pasar de todo y seguir con mi vida como lo hacía antes, sin preocuparme por nada ni nadie. Sé que suena un poco egoísta, pero me daba igual en esos momentos.
Estaba un poco aburrida, así que decidí acostarme.
Por la mañana, me despertó mi sobrino llamando a mi puerta, ya parecía una costumbre. Le abrí la puerta y le dejé entrar.
-David, ¿qué quieres? Que es muy temprano…
-Que no quiero nada.
-¿Entonces por qué vienes?
-No por nada, tu novio, que está abajo.
-¿Qué novio? Cariño, yo no tengo novio.
-Que sí, el rubio-genial, ahora Javi estaba abajo.
No me lo pensé dos veces y con el mismísimo pijama y los pelos de loca bajé abajo.
Estaba allí sentado con un vaso de leche enfrente y al lado de mi madre y de Pedro.
-Ah, buenos días cielo. Oye, tu amigo Javi es un encanto-dijo mi madre.
-Que no, que es su novio-saltó mi sobrino pero yo le tapé la boca.
-¿Qué haces tú aquí?-dije mirando a Javi.
-Pues cielo está desayunando-dijo mi madre sonriendo.
-Pues con vuestro permiso os lo robo, que ya ha comido bastante-le pegué un tirón de la camiseta y no lo solté hasta que no estuvimos en mi habitación.
-¿Se puede saber qué haces tú aquí?-dije un poco mosqueada.
-Es que quería verte-dijo levantando los hombros y poniendo cara de bueno.
-Por esa te vas a librar-dije y le besé.
-Oye, tu madre un encanto ¡eh!
-Sí, sí… hablando de familia, ¿cómo está tu primo?
-Sabía yo que sacarías el temita.
-¿Por qué no? Es mi amigo.
-No veo que te corresponda como amigo.
-Eso da igual, tú dime cómo está.
-Bien, supongo. No lo veo desde anoche.
-Bueno, ¿vas a explicarme qué haces aquí o no?-le pregunté con un poco de retintín.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Cap.10 Surf
Fuimos a la cafetería y nos sentamos en una mesa. Yo no tenía apetito, así que comieron más que nada ellos.
¿Dónde estarían Javi y Zac? No me gustaría saber que se han peleado por mi culpa… Laura comentó algo sobre Javi, Zac, y algo que le dijo al oído… Qué nervios, quería ir ya a la playa adonde habíamos quedado con Javi. Bueno, quedado, yo le había mandado el mensaje, al que por cierto no me había contestado.
Por fin, llegamos a la playa y allí estaban.
-¡Hola chicos!-gritó Sergio.
Xiza fue en busca de Dani y lo abrazó, y Javi hizo lo mismo con migo.
La cosa parecía haberse calmado un poco. Zac me miraba a la vez serio pero con preocupación, como si quisiera decirme algo pero no pudiera. Javi estaba igual de bien que antes, aunque de vez en cuando le mandaba miradas fulminantes a Zac. Tenía muchas ganas de preguntarle si quería contarme algo, pero no era plan.
Nos sentamos en la arena, pero encima de las toallas.
Estaba preocupada por el tema de Zac y Javi. Algo raro había pasado. Según cuenta Laura, Javi le dijo algo a Zac en el oído y éste se fue cabreado. ¿Qué le habría dicho? De lo que estaba segura era de que a Zac no le había hecho gracia lo que Javi le había dicho, y ahora algo le preocupaba. Me imagino que algo tendré yo que ver.
-Evelyn, ¿estás bien?-me dijo Laura.
-Sí, no es nada.
Sergio se fue a los baños públicos de la playa y se cambió de ropa, para hacer surf. Alquiló una tabla, ya que no había traído la suya, y se adentró en el agua. En la arena, la gente estaba muy bromista y no paraban de contar chistes y esas cosas, pero yo estaba un poco distante. Javi estaba a mi lado, dándome la mano.
-Eve, ¿quieres que vayamos a dar un paseo?-miré a Zac, que de pronto se puso muy tenso.
-Prefiero que nos quedemos aquí, quiero ver a Sergio surfeando.
-Claro, no importa guapetona-me dijo con una sonrisa pícara y me besó. Y volvió a hacerlo. Parecía que no iba a dejar de besarme nunca.
-Javi, Javi, para. Relájate un poquito. Voy a los baños.
-¿Te acompaño?
-No, gracias guapo. Tranquilo que no tardo.
Me levanté y me fui en busca de los baños. Al llegar, me lavé la cara y me mojé la nuca, me había mareado un poco. Cuando me encontré mejor, volví hacia las toallas con mis amigos.
-Ya pensé que te habías caído por el W.C.-me dijo Laura divertida.
-No, es que me he mareado un poco.
-¿Pero estás bien?-preguntó Xiza.
-Sí, no os preocupéis.
-¡Mira! ¡Sergio ha cogido una ola!
Era impresionante verlo surfear. Se le daba genial, era un máquina. Le saqué muchísimas fotos, después me lo iba a agradecer seguro.
Se me pasó todo muy rápido, y llegó la hora de irnos. Sergio y yo vivíamos cerca, pero se empeñaron en llevarnos en coche. En el de Xiza iban Dani, María José y Adrián.
Javi, Laura, Sergio y yo fuimos en el de Zac. En el maravilloso coche de Zac. Ese que yo tan bien conocía, del día posterior a la fiesta de Javi. El coche gris metalizado, Fiat Punto Abarth.
-Primera parada-dijo Zac.
-Adiós Javi, un día genial-dije dándole un pico.
-Gracias por traernos tío-dijo Sergio y le chocó la mano a Zac, se habían hecho amigos.
Salí hacia afuera y me acerqué a la ventanilla de Zac, que la tenía bajada.
-Muchas gracias por traerme Zac, espero que te pongas mejor.
No dije más palabra y me fui para mi casa. Sé que ese acto, había dado tema de conversación en el coche.
Me metí en casa y me fui directa a la ducha, pues no tenía hambre.
¿Dónde estarían Javi y Zac? No me gustaría saber que se han peleado por mi culpa… Laura comentó algo sobre Javi, Zac, y algo que le dijo al oído… Qué nervios, quería ir ya a la playa adonde habíamos quedado con Javi. Bueno, quedado, yo le había mandado el mensaje, al que por cierto no me había contestado.
Por fin, llegamos a la playa y allí estaban.
-¡Hola chicos!-gritó Sergio.
Xiza fue en busca de Dani y lo abrazó, y Javi hizo lo mismo con migo.
La cosa parecía haberse calmado un poco. Zac me miraba a la vez serio pero con preocupación, como si quisiera decirme algo pero no pudiera. Javi estaba igual de bien que antes, aunque de vez en cuando le mandaba miradas fulminantes a Zac. Tenía muchas ganas de preguntarle si quería contarme algo, pero no era plan.
Nos sentamos en la arena, pero encima de las toallas.
Estaba preocupada por el tema de Zac y Javi. Algo raro había pasado. Según cuenta Laura, Javi le dijo algo a Zac en el oído y éste se fue cabreado. ¿Qué le habría dicho? De lo que estaba segura era de que a Zac no le había hecho gracia lo que Javi le había dicho, y ahora algo le preocupaba. Me imagino que algo tendré yo que ver.
-Evelyn, ¿estás bien?-me dijo Laura.
-Sí, no es nada.
Sergio se fue a los baños públicos de la playa y se cambió de ropa, para hacer surf. Alquiló una tabla, ya que no había traído la suya, y se adentró en el agua. En la arena, la gente estaba muy bromista y no paraban de contar chistes y esas cosas, pero yo estaba un poco distante. Javi estaba a mi lado, dándome la mano.
-Eve, ¿quieres que vayamos a dar un paseo?-miré a Zac, que de pronto se puso muy tenso.
-Prefiero que nos quedemos aquí, quiero ver a Sergio surfeando.
-Claro, no importa guapetona-me dijo con una sonrisa pícara y me besó. Y volvió a hacerlo. Parecía que no iba a dejar de besarme nunca.
-Javi, Javi, para. Relájate un poquito. Voy a los baños.
-¿Te acompaño?
-No, gracias guapo. Tranquilo que no tardo.
Me levanté y me fui en busca de los baños. Al llegar, me lavé la cara y me mojé la nuca, me había mareado un poco. Cuando me encontré mejor, volví hacia las toallas con mis amigos.
-Ya pensé que te habías caído por el W.C.-me dijo Laura divertida.
-No, es que me he mareado un poco.
-¿Pero estás bien?-preguntó Xiza.
-Sí, no os preocupéis.
-¡Mira! ¡Sergio ha cogido una ola!
Era impresionante verlo surfear. Se le daba genial, era un máquina. Le saqué muchísimas fotos, después me lo iba a agradecer seguro.
Se me pasó todo muy rápido, y llegó la hora de irnos. Sergio y yo vivíamos cerca, pero se empeñaron en llevarnos en coche. En el de Xiza iban Dani, María José y Adrián.
Javi, Laura, Sergio y yo fuimos en el de Zac. En el maravilloso coche de Zac. Ese que yo tan bien conocía, del día posterior a la fiesta de Javi. El coche gris metalizado, Fiat Punto Abarth.
-Primera parada-dijo Zac.
-Adiós Javi, un día genial-dije dándole un pico.
-Gracias por traernos tío-dijo Sergio y le chocó la mano a Zac, se habían hecho amigos.
Salí hacia afuera y me acerqué a la ventanilla de Zac, que la tenía bajada.
-Muchas gracias por traerme Zac, espero que te pongas mejor.
No dije más palabra y me fui para mi casa. Sé que ese acto, había dado tema de conversación en el coche.
Me metí en casa y me fui directa a la ducha, pues no tenía hambre.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Cap.9 En la playa
Cuando llegamos había ya alguna gente, unos tumbados y otros sentados, en sus correspondientes toallas. La verdad, habían bastantes personas. Estaban allí Javi, Xiza, Dani, Sergio, dos personas más que no conocía, y… Zac. ¿Qué haría él allí? ¿Quién había organizado esto de la playa?
¿Quiénes eran esas dos personas que yo no conocía?
Eran preguntas de las que pronto averiguaría la respuesta.
La chica era de piel blanquita, y de pelo castaño claro tirando para rubio. Tenía unos ojos claros que llamaban mucho la atención, y no era muy alta ni muy baja. Estaba echada en el pecho del chico, así que supuse que eran novios.
El chico era del mismo tono de piel que ella más o menos, quizás un poco más moreno. De cabello también era moreno, y era más alto que ella. También era muy guapo, eran como la pareja perfecta.
-Laura, ¿quién ha sido el que ha organizado esto?-dije susurrando.
-Pues no estoy segura, a mí me ha avisado Sergio, y a él no sé quién. ¿Qué ocurre?
-Si anoche hubieras estado conectada lo sabrías, le di calabazas a Zac.
-¿Qué Zac?
-El moreno tía.
-Pues te ha olvidado pronto, está abrazado a la otra.
-Laura, el otro moreno…
-Pues vaya hija, bien bueno que está.
La fulminé con la mirada, y saqué mi toalla para ponerla en el suelo. La coloqué al lado de Javi, lo más alejada de Zac que pude.
-¿Cómo dormiste la noche de mi fiesta bombón?-me dijo Javi sonriendo.
-Bien, dentro de lo que cabe-le dije devolviéndole la sonrisa. Miré a Zac, se lo veía decepcionado y triste.
-Oye, ¿te he presentado a mi hermana?
-No, no sabía que tenías hermana.
-Es mi melliza, se llama María José.
-Hola María José-dije y le di dos besos.
-Y ese es mi cuñado, Adrián.
-Hola Adrián-dije haciendo lo mismo-para ser tu melliza tiene el pelo más oscuro.
-Sí, además yo salí más guapo.
-Bueno, estáis aquí toda la familia eh, no sé qué pintamos nosotros tres aquí.
-Calla anda, que tú no entras en mi familia porque no quieres-dijo acariciándome el brazo y mirándome pícaramente. Le devolví la sonrisa y me levanté.
-Laura, ¿te bañas conmigo?-dije quitándome el vestido.
-Venga, vamos.
También se unieron al baño Sergio, Javi y “la pareja perfecta”.
Miré nuevamente a Zac, tenía la mirada perdida y el rostro serio, sin expresión. A pesar de eso, estaba guapísimo. Llevaba un bañador rojo con flores hawaianas blancas.
Le hacían un culo increíble.
Pero vamos, que Javi también estaba espectacular, con un bañador celeste con el cartel de Adidas en blanco y algunos detalles blancos y azul marino.
-Princesa, ¿en qué piensas?-dijo Javi agarrándome por detrás.
-Pues la verdad, pensaba en ¿qué haces agarrándome por detrás?
-Una chica difícil, me encanta-dijo sonriéndome.
-Vas a tener que currártelo conmigo.
Me agarró por la cintura y me besó. Y madre mía qué beso.
-¿Te sirve eso?
-Más que suficiente-dije y esta vez comencé yo el beso. Nos caímos al suelo, menos mal que estábamos en la orilla, si no nos hubiéramos hundido. Nos estuvimos revolcando por allí, parecía una película de amor de verano.
Nos tiramos así un buen rato, hasta que decidimos salir e irnos a la toalla.
Al llegar allí ya se habían ido Xiza y Dani al agua, pero habían venido Laura y Sergio.
-Javi, que me la vas a dejar seca-dijo Sergio riéndose.
-Evelyn, ¿podemos hablar?-dijo Zac y todos nos quedamos en silencio.
Eché una mirada a Javi, que asintió. Sé que no debería pedirle permiso a nadie acerca de mis actos, pero lo hice sin pensar.
-Pero primo, recuerda que es mía, ¡eh!
-Tranquilo Javi, es entera tuya.
Me levanté y fui hacia donde estaba él, ya de pie esperando que yo me pusiera a su paso.
Estuvimos dando una vuelta por la playa, en silencio. Por fin, se dispuso a hablar.
-¿Por qué me haces esto? ¿Por qué él? ¿Qué he hecho yo…?
-¿Quieres la respuesta de todas?
-Sí, me harías un favor-seguía sin expresión alguna.
-No te lo hago queriendo, ya te dije que yo era un alma libre. ¿Él? Porque busca lo que yo, un simple rollo. Y lo único que me has hecho es darme cariño, y como no puedo corresponderte, pues…
-Pues te lías con mi primo.
-No te lo tomes como algo personal.
Por fin, su cara adquiría expresión. Era una expresión triste, amarga.
-Estás preciosa, pequeña. No me preguntes por qué Evelyn, pero me transmites algo, algo especial…
-Lo siento, Efron.
-Llámame Zac, ese es mi nombre-dijo y se fue.
No quería seguirlo, así que esperé un ratito antes de volver yo.
Cuando llegué Javi vino hacia mí y me abrazó.
-Princesa, voy a chiringuito a por unas jarras de tinto, tú quieres, ¿no?-dijo con un aire un tanto chulo.
-Claro-dije y le di un piquito.
Me tumbé en mi toalla y me puse las gafas de sol y el mp5 para pasar un poco de todo.
Estuve así un buen rato, no sé cuánto.
De repente empezaron a zamarrearme y me quité los cascos.
-¡Eve! Tía, ¡que tu príncipe se ha ido!
-¡¿Qué?! ¿Adónde? ¿Zac?
-No, Javi-madre mía, menos mal que nadie me oyó, sólo Laura-ya me explicarás luego eso de Zac-dijo mirándome extrañada.
-¿Y dónde ha ido?
-Yo que sé, trajo el tinto, le dijo algo en el oído a Zac, y este echó a correr. Y Javi, fue detrás.
-¿Alguien más se ha ido?
-Xiza. Los demás están bañándose.
-Lógico, es su hermana.
-Evelyn, ¿cuántas cosas más me he perdido?
-Te pondré al día. Es que como ibas bonita esa noche…
-¡Anda! No te lo conté.
-¡¿El qué?!
-Me estrené-dijo riéndose a carcajadas.
-¿Cómo?-Genial. La monja del amor, lo había hecho borracha, y con alguien a quien no quería-¿con quién?
-Con alguien, no sé.
-¡Pero Laura! ¿Estás loca?
-No, loca no, borracha.
-La próxima fiesta, no bebo, y cuido de ti.
No seguimos hablando, ya que llegaron los del agua.
-¡Está buenísima!-dijo María-Tengo hambre, ¿vamos a comer algo?
-¿Qué hora es?-preguntó Adrián.
-Son las siete.
-¿Qué tal si vamos a comer algo y después venís a verme hacer surf?-preguntó Sergio muy contento.
-Me parece estupendo-contestó Adrian.
Recogimos el chiringuito y yo envié un mensaje a Javi.
“Vamos a ir a comer algo a la cafetería, después iremos a ver hacer surf a Sergio en la playa Los Molinos, id para allá si ves que ha pasado mucho rato (L)”
Guardé mi móvil en el bolso y me puse el vestido.
-¿Nos vamos?-preguntó Sergio.
-Sí, vámonos-contesté indecisa, tenía un hormigueo en la barriga. Estaba preocupada por Javi y Zac.
¿Quiénes eran esas dos personas que yo no conocía?
Eran preguntas de las que pronto averiguaría la respuesta.
La chica era de piel blanquita, y de pelo castaño claro tirando para rubio. Tenía unos ojos claros que llamaban mucho la atención, y no era muy alta ni muy baja. Estaba echada en el pecho del chico, así que supuse que eran novios.
El chico era del mismo tono de piel que ella más o menos, quizás un poco más moreno. De cabello también era moreno, y era más alto que ella. También era muy guapo, eran como la pareja perfecta.
-Laura, ¿quién ha sido el que ha organizado esto?-dije susurrando.
-Pues no estoy segura, a mí me ha avisado Sergio, y a él no sé quién. ¿Qué ocurre?
-Si anoche hubieras estado conectada lo sabrías, le di calabazas a Zac.
-¿Qué Zac?
-El moreno tía.
-Pues te ha olvidado pronto, está abrazado a la otra.
-Laura, el otro moreno…
-Pues vaya hija, bien bueno que está.
La fulminé con la mirada, y saqué mi toalla para ponerla en el suelo. La coloqué al lado de Javi, lo más alejada de Zac que pude.
-¿Cómo dormiste la noche de mi fiesta bombón?-me dijo Javi sonriendo.
-Bien, dentro de lo que cabe-le dije devolviéndole la sonrisa. Miré a Zac, se lo veía decepcionado y triste.
-Oye, ¿te he presentado a mi hermana?
-No, no sabía que tenías hermana.
-Es mi melliza, se llama María José.
-Hola María José-dije y le di dos besos.
-Y ese es mi cuñado, Adrián.
-Hola Adrián-dije haciendo lo mismo-para ser tu melliza tiene el pelo más oscuro.
-Sí, además yo salí más guapo.
-Bueno, estáis aquí toda la familia eh, no sé qué pintamos nosotros tres aquí.
-Calla anda, que tú no entras en mi familia porque no quieres-dijo acariciándome el brazo y mirándome pícaramente. Le devolví la sonrisa y me levanté.
-Laura, ¿te bañas conmigo?-dije quitándome el vestido.
-Venga, vamos.
También se unieron al baño Sergio, Javi y “la pareja perfecta”.
Miré nuevamente a Zac, tenía la mirada perdida y el rostro serio, sin expresión. A pesar de eso, estaba guapísimo. Llevaba un bañador rojo con flores hawaianas blancas.
Le hacían un culo increíble.
Pero vamos, que Javi también estaba espectacular, con un bañador celeste con el cartel de Adidas en blanco y algunos detalles blancos y azul marino.
-Princesa, ¿en qué piensas?-dijo Javi agarrándome por detrás.
-Pues la verdad, pensaba en ¿qué haces agarrándome por detrás?
-Una chica difícil, me encanta-dijo sonriéndome.
-Vas a tener que currártelo conmigo.
Me agarró por la cintura y me besó. Y madre mía qué beso.
-¿Te sirve eso?
-Más que suficiente-dije y esta vez comencé yo el beso. Nos caímos al suelo, menos mal que estábamos en la orilla, si no nos hubiéramos hundido. Nos estuvimos revolcando por allí, parecía una película de amor de verano.
Nos tiramos así un buen rato, hasta que decidimos salir e irnos a la toalla.
Al llegar allí ya se habían ido Xiza y Dani al agua, pero habían venido Laura y Sergio.
-Javi, que me la vas a dejar seca-dijo Sergio riéndose.
-Evelyn, ¿podemos hablar?-dijo Zac y todos nos quedamos en silencio.
Eché una mirada a Javi, que asintió. Sé que no debería pedirle permiso a nadie acerca de mis actos, pero lo hice sin pensar.
-Pero primo, recuerda que es mía, ¡eh!
-Tranquilo Javi, es entera tuya.
Me levanté y fui hacia donde estaba él, ya de pie esperando que yo me pusiera a su paso.
Estuvimos dando una vuelta por la playa, en silencio. Por fin, se dispuso a hablar.
-¿Por qué me haces esto? ¿Por qué él? ¿Qué he hecho yo…?
-¿Quieres la respuesta de todas?
-Sí, me harías un favor-seguía sin expresión alguna.
-No te lo hago queriendo, ya te dije que yo era un alma libre. ¿Él? Porque busca lo que yo, un simple rollo. Y lo único que me has hecho es darme cariño, y como no puedo corresponderte, pues…
-Pues te lías con mi primo.
-No te lo tomes como algo personal.
Por fin, su cara adquiría expresión. Era una expresión triste, amarga.
-Estás preciosa, pequeña. No me preguntes por qué Evelyn, pero me transmites algo, algo especial…
-Lo siento, Efron.
-Llámame Zac, ese es mi nombre-dijo y se fue.
No quería seguirlo, así que esperé un ratito antes de volver yo.
Cuando llegué Javi vino hacia mí y me abrazó.
-Princesa, voy a chiringuito a por unas jarras de tinto, tú quieres, ¿no?-dijo con un aire un tanto chulo.
-Claro-dije y le di un piquito.
Me tumbé en mi toalla y me puse las gafas de sol y el mp5 para pasar un poco de todo.
Estuve así un buen rato, no sé cuánto.
De repente empezaron a zamarrearme y me quité los cascos.
-¡Eve! Tía, ¡que tu príncipe se ha ido!
-¡¿Qué?! ¿Adónde? ¿Zac?
-No, Javi-madre mía, menos mal que nadie me oyó, sólo Laura-ya me explicarás luego eso de Zac-dijo mirándome extrañada.
-¿Y dónde ha ido?
-Yo que sé, trajo el tinto, le dijo algo en el oído a Zac, y este echó a correr. Y Javi, fue detrás.
-¿Alguien más se ha ido?
-Xiza. Los demás están bañándose.
-Lógico, es su hermana.
-Evelyn, ¿cuántas cosas más me he perdido?
-Te pondré al día. Es que como ibas bonita esa noche…
-¡Anda! No te lo conté.
-¡¿El qué?!
-Me estrené-dijo riéndose a carcajadas.
-¿Cómo?-Genial. La monja del amor, lo había hecho borracha, y con alguien a quien no quería-¿con quién?
-Con alguien, no sé.
-¡Pero Laura! ¿Estás loca?
-No, loca no, borracha.
-La próxima fiesta, no bebo, y cuido de ti.
No seguimos hablando, ya que llegaron los del agua.
-¡Está buenísima!-dijo María-Tengo hambre, ¿vamos a comer algo?
-¿Qué hora es?-preguntó Adrián.
-Son las siete.
-¿Qué tal si vamos a comer algo y después venís a verme hacer surf?-preguntó Sergio muy contento.
-Me parece estupendo-contestó Adrian.
Recogimos el chiringuito y yo envié un mensaje a Javi.
“Vamos a ir a comer algo a la cafetería, después iremos a ver hacer surf a Sergio en la playa Los Molinos, id para allá si ves que ha pasado mucho rato (L)”
Guardé mi móvil en el bolso y me puse el vestido.
-¿Nos vamos?-preguntó Sergio.
-Sí, vámonos-contesté indecisa, tenía un hormigueo en la barriga. Estaba preocupada por Javi y Zac.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Cap.8 Insomnio
Intentaba dormir, aunque fuera en vano. No podía, no sabía si por falta de sueño, o si era porque estaba molesta con… Zac. Bueno, ¿molesta? No lo sé, pero no me sentía bien después de no haberlo dejado ni terminar de hablar. Espero que me perdone…
Definitivamente me harté, y le mandé un mensaje.
“Tú no has hecho nada, soy yo… digamos que soy un alma libre. Lo siento Efron, no creo que pueda corresponderte”.
No me contestó, supongo que estaría durmiendo.
Ahora sí tenía hambre, así que bajé abajo a comer algo. Me hice un tazón de leche con cereales de chocolate, y fui al salón para ver si echaban algo por la televisión. Claro, que a las cuatro de la mañana no había gran cosa. Me decanté por tragarme canales de propaganda, y al tomarme la leche subí a mi habitación.
Por fin, a las cinco pasadas, conseguí dormirme.
Por la mañana, desperté sobresaltada, había tenido una pesadilla. No me acordaba, pero no me había hecho mucha gracia.
Miré mi reloj, eran las dos de la tarde. Normal, la noche anterior no había dormido nada.
Tenía un par de llamadas perdidas de Laura y Sergio, así que llamé a Laura.
-[…]
-Laura, soy yo Eve. Es que tenía algunas llamadas perdidas tuyas, ¿querías algo?
-[…]
-¿A la playa? Genial, me apetece mucho. ¿Quiénes vamos?
-[…]
-¿Y quiénes son mucha gente? Bueno, da igual ya veremos allí.
-[…]
-Vale, a las cuatro y media en mi casa.
Colgué el teléfono y bajé a comer algo.
No había gran cosa para comer, mi familia había comido macarrones y a mí no me apetecían, así que yo me hice un bocadillo.
Estaba aburrida, por lo que me puse a leer hasta la hora de arreglarme para ir a la playa.
Cuando llegó la hora, me puse mi bikini morado a rayas blancas y metí en el bolso de la playa mi toalla de Ibiza con la lagartija, protección solar, mi mp5, mi móvil mis llaves y algo de dinero. Me puse un vestido fresquito y mis gafas de sol, y bajé a esperar a Laura, que tardó unos diez minutos en llegar.
-Vamos, que nos esperaran allí.
-¿Quiénes van?-pregunté intrigada.
-No lo sé, hay muchos, ha sido una quedada un poco general, ya los veremos al llegar allí.
La playa no quedaba lejos de mi casa, en un momentito estuvimos allí.
Definitivamente me harté, y le mandé un mensaje.
“Tú no has hecho nada, soy yo… digamos que soy un alma libre. Lo siento Efron, no creo que pueda corresponderte”.
No me contestó, supongo que estaría durmiendo.
Ahora sí tenía hambre, así que bajé abajo a comer algo. Me hice un tazón de leche con cereales de chocolate, y fui al salón para ver si echaban algo por la televisión. Claro, que a las cuatro de la mañana no había gran cosa. Me decanté por tragarme canales de propaganda, y al tomarme la leche subí a mi habitación.
Por fin, a las cinco pasadas, conseguí dormirme.
Por la mañana, desperté sobresaltada, había tenido una pesadilla. No me acordaba, pero no me había hecho mucha gracia.
Miré mi reloj, eran las dos de la tarde. Normal, la noche anterior no había dormido nada.
Tenía un par de llamadas perdidas de Laura y Sergio, así que llamé a Laura.
-[…]
-Laura, soy yo Eve. Es que tenía algunas llamadas perdidas tuyas, ¿querías algo?
-[…]
-¿A la playa? Genial, me apetece mucho. ¿Quiénes vamos?
-[…]
-¿Y quiénes son mucha gente? Bueno, da igual ya veremos allí.
-[…]
-Vale, a las cuatro y media en mi casa.
Colgué el teléfono y bajé a comer algo.
No había gran cosa para comer, mi familia había comido macarrones y a mí no me apetecían, así que yo me hice un bocadillo.
Estaba aburrida, por lo que me puse a leer hasta la hora de arreglarme para ir a la playa.
Cuando llegó la hora, me puse mi bikini morado a rayas blancas y metí en el bolso de la playa mi toalla de Ibiza con la lagartija, protección solar, mi mp5, mi móvil mis llaves y algo de dinero. Me puse un vestido fresquito y mis gafas de sol, y bajé a esperar a Laura, que tardó unos diez minutos en llegar.
-Vamos, que nos esperaran allí.
-¿Quiénes van?-pregunté intrigada.
-No lo sé, hay muchos, ha sido una quedada un poco general, ya los veremos al llegar allí.
La playa no quedaba lejos de mi casa, en un momentito estuvimos allí.
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