-¡Mira tita! ¿A que estoy guapo?
David vino hacia mí con unos vaqueros y una camiseta con un dibujo de Spiderman.
-Estás guapísimo. ¿Has hablado ya con mamá?
-Sí, le he dicho que iba al cine con Javi y contigo y me ha dicho que hoy tiene concierto.
-Qué bien, a ver si diera uno por aquí cerquita para que podamos ir a verla, ¡eh!
-Sí, ¡y subiré al escenario!
Me eché a reír y me fui a mi habitación para prepararme. Cogí del armario unos vaqueros, un chaleco blanco con detalles negros, la ropa interior y me fui hacia la ducha.
No tardé mucho, ya que en unos minutos llegaría Javi.
Ya vestida y peinada bajé abajo, donde me esperaban David y Javi.
-No sabía qué habías llegado. Si lo llego a saber me habría dado más prisa.
-Da igual, no llevo mucho tiempo esperando.
-¿Nos vamos ya?-preguntó David emocionado.
-Sí, vámonos ya. Voy a avisar a la abuela.
Fui a la cocina y le di un beso a mi madre.
-Mamá, que ya nos vamos.
-¿Tienes dinero?
-Sí, yo tengo no te preocupes.
-Bueno, yo aún así te doy por si os falta algo a ti y al niño.
-Vale.
Sacó la cartera y me dio veinte euros.
-¿Y cómo vais a ir a El Castillo? ¿En el coche de Zac?
-Eh, no. Zac no viene mamá, sólo vamos Javi, el niño y yo.
-¿Y entonces cómo vais?
-Vamos a coger el autobús.
-Bueno, pero no volváis tarde eh, que yo si el niño no está aquí no estoy tranquila y no puedo dormir.
-No te preocupes. Vemos la película, cenamos y volvemos.
-Venga, vete ya que vais a perder el autobús.
-Adiós, ¡te quiero!
-¡Tened cuidado!-dijo mientras yo me alejaba.
Salí de mi casa y ellos estaban esperándome en el jardín.
-Evelyn, he dejado mi moto en la parte de atrás de tu casa, no pasa nada, ¿no?
-No, no te preocupes.
-¡Vámonos!-gritó David y nos fuimos de allí.
De camino yo no hablé apenas, sólo me limitaba a escuchar lo que ellos hablaban.
¿Qué estará haciendo Zac ahora? Espero que no se desmadre mucho. Aún tengo pendiente hablar con él sobre la chica de las fotos.
-Bueno enano, ¿qué película querrás ver?
-¡Quiero ver Cars 2!
-¡Anda! Esa es la de los coches, ¿verdad?
-Sí, ¡y sale Rayo Mcqueen!
-Evelyn, ¿estás bien? No tienes buena cara.
-Sí, vamos que el autobús no tardará en llegar.
En efecto, llegó el autobús y nos fuimos.
David se sentó con Javi y yo me senté en frente.
Delante de mí había una pareja que no paraba de besuquearse y darse el lote. Qué envidia.
Sin embargo en unos asientos más atrás se hallaba una pareja que no mostraban esa efusividad. Simplemente iban cogidos de la mano. Un gesto de cariño, amor, y seguridad. Charlaban tranquilamente sobre cosas que quizás no tenían ninguna importancia, y reían sin problemas. Miradas cómplices, y sinceras. Amor sencillo. Amor sincero.
Javi y David hablaban sin parar y reían como chiquillos. Claro, que David lo era.
Aún no entiendo porqué Javi ha mostrado tanto interés con lo del embarazo que resultó no serlo, y el que muestra con mi sobrino. Este niño es bipolar.
El autobús nos soltó casi en frente del centro comercial y entramos.
-La película Cars 2 empieza en diez minutos. Compramos palomitas y entramos.
-¿Puedo invitaros?-preguntó Javi.
-No. Tú te pagas tu entrada, y yo pago la nuestra.
-Pues luego a la cena invito yo.
Iba a decirle que no, pero no me dejó.
-No admito un no por respuesta.
Pues mira, así me ahorro un dinerito.
Compramos palomitas y chucherías y nos metimos en la sala. David quería el asiento del pasillo, así que Javi se sentó a su lado, y yo al lado de este.
Durante la película no podía dejar de pensar en Zac.
¿Es que no puedes salir de mi cabeza aunque sea un rato? Qué agobio.
En ese momento Javi puso su brazo en el reposabrazos, apartando el mío.
-¡Oye!-le susurré-Mi brazo estaba ahí antes.
-Ponlo encima del mío-no pude oírlo bien.
-¿Qué? No te oigo.
Javi cogió mi brazo y lo puso sobre el suyo, que descansaba en el reposabrazos.
El tacto de su piel era muy suave. Me gustaba.
David se lo estaba pasando en grande. Propio de un niño de su edad viendo una película de dibujos en el cine.
Al acabar la película, salimos y nos pusimos a la cola del Burguer King.
-¡Ha sido alucinante!
David estaba muy emocionado.
-¿Qué vas a querer comer David?-le pregunté.
-Quiero una hamburguesa.
-Yo quiero aquella de allí.-le señalé a Javi el dibujo de la hamburguesa-A David pídele el menú infantil, ¿vale? Yo voy a ir al baño.
Fui al baño para hacer mis necesidades, y luego me lavé las manos.
Al volver ya habían pedido la comida y decidí coger una mesa para comer.
Me senté e inevitablemente, volvieron a mí los pensamientos. Y con ellos, una pelea conmigo misma en mi interior.
¿Con quién habrá salido Zac esta noche? Seguro que está pasándoselo genial. Y yo, aquí de niñera con el tonto este. No, no puedes pensar así Evelyn, cancelar. Me lo estoy pasando súper bien. Joder, no te engañes Evelyn si no paras de pensar en él y en qué estará haciendo. Quizás sea eso lo que te impide pasártelo bien. Quizás eso te ciegue, y te impide ser feliz, y no dejar de pensar en él. Yo me voy a cagar en Zac, en la del coche, y en los filósofos que me incitan a pensar.
-¡Tita! Con mi comida viene un juguete de Cars, ¡seguro que me viene un coche!
-¿Te ha costado muy caro?-le pregunté a Javi.
-No te preocupes, tú come.
No tenía mucha hambre, pero decidí que tenía que comer.
Me comí las hamburguesas sin ganas ningunas, y luego nos fuimos del centro comercial.
Como aún faltaba un buen rato para el próximo autobús, nos quedamos en un parque cercano a la estación de autobuses.
David jugaba tranquilo en el parque, mientras Javi y yo hablábamos sentados en un banco.
-Bueno y a ti, ¿cómo te va con mi primo?-preguntó Javi.
-Bueno… si te digo la verdad…
-Rubia, con un bien o un mal me basta. No quiero oír vuestras historias.
-Eres un imbécil.
-Perdona, sin insultar eh, que yo no te he insultado a ti.
-Joder Javi pero si estás todo el santo día pinchando y venga y venga, que no paras todo el día chinchándome-el tono de mi voz iba subiendo.
-Yo no te chincho, es que simplemente soy así.
-Así de gilipollas, ¿desde cuándo? Desde que llegó tu primo Zac y tu familia dejó de echarte cuenta a ti porque en el fondo tú bien sabes que él es mejor que tú.
-¡No metas a mi familia en esto!-se levantó y me chilló, ya muy serio.
-¡Mira tita! ¡Mírame!
-¡Te estoy viendo!-aunque en realidad no fuera cierto.
-A ti lo que te pasa es que te jode mucho que Zac se fije en otras tías aparte de ti.
-Pero, ¿qué dices? Zac me quiere sólo a mí.
-Ya, por eso hace un momento estabas a punto de contarme vuestros problemas.
-¡Tita mírame! ¿Por qué no me miras? ¡No me estás mirando!
-¡David ahora no!
-No, el problema es que tú sigues resentido por que te dejé por él, porque pasé de ti. ¿Me oyes? ¡Pasé de ti! Porque nadie quiere estar con una persona que tiene esos cambios tan bruscos de personalidad, que no sabe ni lo que quiere.
-¡Mira tita, como Rayo Mcqueen!
-¡David ahora no!
-¿Eso piensas de mí realmente?-me preguntó Javi sin expresión ninguna en la cara.
Justo iba a contestar, cuando escuchamos un fuerte golpe.
Sólo podía temerme una cosa, y miré en dirección a David. Estaba en el suelo tirado, junto al castillo hecho a base de barras de hierro para trepar.
-¡David!
Corrí lo más rápido que pude junto a él y lo cogí en brazos.
Tenía una brecha en la cabeza que no paraba de sangrarle.
-¡Joder, David!-no sabía qué hacer, sólo me limitaba a llorar y gritar.
Javi estaba llamando una ambulancia con su móvil.
-¡Ya viene la ambulancia para acá!
-No contesta Javi no contesta…-dije entre sollozos- Javi ha sido mi culpa joder no para de sangrar…
-Evelyn escúchame…
-No… no, joder ha sido mi culpa… ¡No!
-¡Evelyn! ¡Escúchame! No va a pasar nada, ¿me oyes? Los niños siempre están de allá para acá y es normal que tengan porrazos.
-Es que ha caído de cabeza joder… ¡que no me contesta que no responde!
-Evelyn eso es porque ha perdido la conciencia pero ya verás que todo irá bien.
-No… David despierta, por favor mi niño…-no podía dejar de llorar.
-Evelyn confía en mí.
En ese instante le miré a los ojos y algo me hizo creerle. Confiar en su palabra. Así que decidí esperar a la ambulancia lo más calmada que pude.
Tardó poco en llegar y subimos los dos con él, por ser un niño pequeño.
Llegamos al hospital y nos hicieron quedarnos en la sala de espera.
-Pero ¿por qué no me han dejado entrar?
-Porque estás muy nerviosa Evelyn. Imagínate que se despierta David y te ve así. ¿Cómo crees que se pondría al ver a su tía así?
-Pero yo quiero verlo… yo quiero estar ahí.
-No te preocupes. Tú quédate conmigo. Quizás yo no sea muy buena compañía, ni quien tú quisieras que estuviera contigo en este momento, pero no voy a separarme de ti ni un segundo. Voy a hacerlo lo mejor posible-sonrió de una forma distinta, nueva. Una forma totalmente diferente a la del Javi macarra. Era un Javi cariñoso… y un Javi sencillo-Ya he hablado con tu madre, y viene para acá con tu padre.
-Mi hermana…
-Tu hermana está dando un concierto y tu madre me ha dicho si realmente no ha sido tan grave tal y como yo le he dicho, la llamaremos en cuanto termine. El padre del niño viene con ellos dos.
-Muchas gracias Javi.
Estuvimos allí esperando un rato, hasta que llegaron mis padres. Sin Jonathan.
-¡Evelyn! ¿Qué ha pasado?
-Es que estábamos en el parque, y el niño se ha caído desde un castillito de hierro y…
-Pero ¿cómo se te ocurre dejar que se monte ahí? ¡Que es un crío Evelyn!
-Lo sé mamá, pero me despisté un momento…
-¿Qué te despistaste? Evelyn, que no es un perro que puedes soltar por un parque como si nada. Es un niño, al que hay que prestar atención.
-Pero mamá, yo…
-Eres una irresponsable.
Volví a empezar a llorar, y me abracé a Javi, quien me devolvió el abrazo.
-Irina, tengo que decir que la culpa ha sido mía-dijo Javi.
¿Pero qué está diciendo? No puede cargar con la culpa.
-Yo distraje a Evelyn mientras ella cuidaba y vigilaba a David, lo siento muchísimo.
-Es muy honrado por tu parte Javi, pero era su responsabilidad no dejarse distraer y cuidar de su sobrino.
Entonces llegó Jonathan.
-Evelyn ¿dónde está el niño?
-Lo tienen ahí dentro-dije señalando una puerta.
Jonathan no pronunció palabra alguna y se fue hacia la puerta. Llamó un par de veces y entró con decisión.
Nos quedamos esperando en la sala de espera, y un cuarto de hora después salió Jonathan de allí.
Me levanté y fui hacia él.
-¿Cómo está?
-Está bien, no te preocupes. Ha recuperado la conciencia. Le han dado puntos.
-¿Puedo verlo ya?-dije impaciente.
-No, aún no. Le están haciendo unas pruebas para ver que todo funciona correctamente en su cabeza.
Volví a sentarme, y en pocos minutos salió con una piruleta en la mano junto al médico.
Fue corriendo en busca de su padre y lo abrazó con fuerza.
-¿Has visto qué valiente papi?
-Has sido el mejor campeón.
Mis padres fueron y le dieron un millón de besos. Cuando se apartaron fue cuando pude ir yo.
-Lo siento mucho David-dije mientras lo abrazaba-No quería que pasara esto… ¿me perdonas?
-Sólo si me prometes una cosa…-me dijo.
-¿El qué?
Todos posaban su atención en nosotros.
-Que tú y Javi no vais a pelear más.
Miré a mi madre que me hacía señales con la cabeza para que dijera que sí. Luego miré a Javi, que hizo lo mismo.
-Claro que sí cariño-volví a abrazarlo.
No me dio tiempo a separarme apenas cuando ya estaba echando a correr hacia Javi.
-¡Javi! He sido muy valiente, y me han puesto puntos y todo.
-Claro que sí enano, te has portado como un superhéroe.
-Bueno, vámonos a casa que el niño tiene que descansar-dijo mi madre.
-Yo voy a llamar a Selena, que antes hablé con ella y me dijo que la llamara en cuanto viera al niño-añadió Jonathan.
-Evelyn, tú y tu amigo os volvéis en el autobús-me dijo mi madre.
-Sí mamá…
Todos se fueron de allí y Javi y yo fuimos hacia la parada de autobús más cercana.
Tuvimos suerte, y por allí pasó un autobús que paraba en Luna. Por el camino ni siquiera hablé, iba totalmente en silencio, y Javi igual.
Ya en casa, él cogió la moto.
-Javi, quiero pedirte un favor…
-Dime, ¿qué quieres?
-Me gustaría ver a Zac, para contarle lo sucedido y tal…
-¿Estás segura? Evelyn es sábado, son las cuatro de la mañana, yo me imagino el estado de mi primo…
-Que sí enserio, que no pasa nada.
-Como quieras, toma-dijo pasándome un casco que sacó de debajo del asiento de la moto.
Nos montamos en la moto y fuimos hacia la Plaza Antigua, donde los jóvenes suelen reunirse para hacer botellón.
Aparcó la moto y me ayudó a buscar a Zac entre tanta gente.
Allí había de todo. Borrachos, muchos. Por no decir todos. Alguno incluso se liaba el cigarrito de la felicidad, y consumían otras cosas en contra de la ley.
Algún borracho se acercó a mí con ademán de agarrarme o abrazarme, pero Javi me agarró y me estrechó contra él.
Entonces lo vi, hablando con tres o cuatro chicas. Me acerqué a él y le puse mi mano en el hombro.
-Zac, ¿podemos hablar?
-¡Hombre, mira quién está aquí!
Apestaba a alcohol y tabaco.
-Ven, que quiero contarte una cosa, me siento fatal.
-Bueno chicas, vosotras no os valláis muy lejos-les dijo y se vino conmigo.
No nos pusimos muy lejos del lugar donde se hallaba Javi, que no nos quitó ojo de encima.
-Verás, es que he ido a El Castillo, y mi sobrino en un parque se ha caído, y se ha hecho una herida en la cabeza… le han puesto puntos y todo, por mi culpa…
-¿Al Castillo? ¿Y con quién has ido?
-Pues con mi sobrino… y con Javi.
-¿Cómo que con Javi? ¿Con qué Javi?
-Con Javi Zac, quién va a ser, pues tu primo.
-¿Y qué pintas tú con mi primo? No quiero verte con él. Que ya bastante tuviste con él, ¿no?-empezó a alzar la voz y a ponerse algo furioso.
-Pero bueno, ¿y tú? ¡Que he visto las fotos de la tía esa en tu coche y en mi casa!
-Ah, sí.
-¿Ah, sí? ¿Eso vas a decir? Y qué me dices de esas tres chicas que te están esperando, ¿eh?
-Pues que están buenísimas y con suerte alguna caerá.
-Ah, pues perfecto, como si te las quieres tirar a todas, porque lo nuestro, ¡se acabó!-comencé a llorar e intenté irme.
-¿Cómo que se acabó? ¡Ven aquí!
Me agarró del brazo.
-¡Suéltame, y vete con una de esas zorras!
Entonces llegó Javi y me puso tras él.
-No te preocupes que lo haré, me iré con todas si así lo quiero. Y tú primo, no te rebajes a intentar nada con esta niña, que no merece la pena. Es una puta.
Justo en ese momento, pasó lo que yo menos esperaba. Javi le dio un puñetazo en el pómulo derecho a Zac, que tiró el cubata y se echó hacia atrás, quejándose del dolor.
Algunos amigos de Zac se acercaron. No eran de aquí, eran de El Castillo.
-¿Zac qué te ha pasado? ¿Te ha dado este capullo?-dijo uno de ellos señalando a Javi.
Era castaño de pelo, y my alto. Tenía los músculos muy definidos, podía verse debido a su ropa bien ceñida al cuerpo.
-¿Pero qué haces gilipollas?-le dijo Zac a Javi.
-Intentar abrirte los ojos capullo. Para ver si así te das cuenta en el gilipollas que te has convertido y en la niña que acabas de perder-respondió Javi.
Acto seguido, me cogió de la mano y nos fuimos hacia la moto.
Me dio el casco.
-Súbete Evelyn.
-Pero…
-Vámonos Evelyn, hoy ya has pasado bastante, ¿no crees?
-¿A dónde vamos?
-A tu casa.
Es la secuela de "La vida de Selena Gonzalez" Evelyn, es la hermana pequeña de Selena, que ya tiene sus 16 años bien cumplidos. Ella es muy diferente a su hermana, no le van las relacciones serias ni le va ser una chica buena... es un poco rebelde, hasta que alguien le pare los pies.
martes, 23 de agosto de 2011
Cap.50 Cita para tres
-Tita. Tita, despierta.
Miré el despertador. Las diez.
-David, ¿qué quieres?
-Tengo hambre, y la abuela está durmiendo.
-Ya David, yo también estaba durmiendo…
-Venga tita, que tengo hambre. ¡Por favor, por favor, por favor!
-Vale, ya voy… ve bajando tú.
Mi sobrino echó a correr escaleras abajo y yo me levanté y me estiré.
Bajé abajo y mi sobrino estaba en el sofá viendo Bob Esponja.
-¿Qué quieres desayunar?
-¡Un vaso de leche con galletas de dinosaurios!
Cogí una taza de dibujitos que a él le encantaba y eché leche. Lo metí en el microondas y lo calenté un minuto.
-¿Qué vas a hacer hoy David?
-No sé… ¿vas a llevarme a algún lado?-gritó ilusionado.
-Pues mira, no estaría mal. Podemos ir al cine, y luego a comernos una hamburguesa, ¿qué te parece?
-¡Sí! ¡Pero por la noche!
-¿Por qué?
-Pues porque los mayores salen por la noche y yo ya soy mayor.
Me eché a reír.
-Como quieras.
El microondas pitó y saqué la taza. A continuación le eché dos cucharadas de Cola Cao y removí la leche con la cuchara. Saqué un paquete de galletas del armario y se lo llevé todo a la mesa.
-Hala, aquí tienes. Que aproveche.
-Gracias tita.
La verdad es que me apetecía un plan tranquilito con mi sobrino. Ya que, Zac no quería quedar conmigo.
-David voy a meterme en Tuenti arriba ¿vale?
-No me dejes aquí solo…
-Pero si no estás solo… ¡Estás con Bob Esponja!
-¡Y Patricio!
-Claro-sonreí y me fui a mi habitación.
Abrí Internet y me metí en Tuenti.
Tengo que buscar alguien que venga conmigo y con mi sobrino esta noche.
A ver Laura.
Yo: Laura, ¿tienes plan para esta noche?
Laura: sí tía, estoy tonteando con un chico, se llama Ignacio, y esta noche he quedado con él.
Yo: ¿En serio? ¡Qué guay tía, pues mucha suerte!
Laura: ¿Por qué lo decías?
Yo: Nada, por si querías venir conmigo y mi sobrino pero tu plan es mejor.
Laura: ¡Otro día será!
Yo: Sí. Bueno, voy a llamar a más gente a ver.
Llamé a Sergio, que se llevaba genial con el peque.
-¿Sí?
-Sergio, ¿tienes algún plan para esta noche?
-Pues la verdad es que sí. Tengo cena con unos patrocinadores.
-Joder…
-¿Por qué? ¿Te pasa algo? ¡La anulo!
-¡No! No, no es nada en serio. Mucha suerte, te quiero.
Colgué el teléfono y busqué en la agenda el número de Xiza. La llamaré y así hablamos un poco sobre el cambio de su hermano.
Segundo pitido.
-¿Diga?
-Xiza, soy Evelyn.
-Ah, dime Evelyn.
-Es que tenía pensado ir con mi sobrino esta tarde al cine, por si no tenías planes y querías venirte.
-Lo siento Evelyn, es que con esto del embarazo no me encuentro muy bien…
-No te preocupes, mejórate.
Colgué el teléfono y pensé en Mª José.
Cógemelo… vamos…
Nada. Pues iré a su casa.
Me vestí con unos vaqueros y una camiseta cualquiera y tras coger mi móvil y mis llaves, bajé.
-Oye David, ahora vengo que voy a ir a la casa de Mª José.
-¿Quién es?
-La prima de Zac. La hermana de Javi.
-¡Quiero ir! ¡Por favor!
-Es que tengo prisa, así que venga, vístete, ¡te cuento diez!
-¡No, espera, espera!
Tras algunos segundos arriba mi sobrino bajó aún en pijama.
-Tita, es que no sé qué ponerme para ir a ver a Javi.
-Ay Dios… Vamos a ver a Mª José, que conste-dije subiendo arriba con él.
-Mira, estos vaqueros que son chulísimos-dije rebuscando en su armario-, y con esta camiseta van perfectos-le enseñé una camiseta negra.
-Vale. No mires, que voy a vestirme.
-Amigo, llevo viéndote desde que naciste…
-¡No mires!
-Vale, vale…
Me giré mientras se vestía, y tardó lo suyo.
-Ya está.
-Pues vámonos.
Bajamos abajo y le dejé una nota a mi madre, poniéndole que me llevaba al niño.
Salimos a la calle y nos fuimos hacia la casa de Mª José.
Tardamos un rato, y por fin llegamos.
-¡Yo llamo a la puerta!
-Vale.
David llamó al timbre. Tras unos segundos, Mª José abrió la puerta,
-¡Anda! ¡Hola guapo!
-Hola, ¿está Javi?
-David, recuerda que venimos a verla a ella, no a Javi.
María José se echó a reír.
-Está arriba en su cuarto, durmiendo.
-Jo…-dijo triste.
-¿Lo despertamos?
-¡Sí!-gritó David.
-No, Mª José pero si venimos a verte a ti…
Tarde, ya estaban arriba.
Yo decidí esperar abajo, sentada en el sofá del salón.
Al rato bajaron los tres.
David venía riéndose a carcajadas.
-¡Qué susto se ha dado!-decía.
-Es que no me lo esperaba-dijo Javi sonriendo.
Venía en unos bóxer y sin camiseta.
-Buenos días-me dijo.
-Buenos días-dije mirando hacia otro lado.
-¿Ahora giras la cara? Como si no me hubieras visto nunca con menos ropa.
-¡Yo no te he visto!-le chillé señalando a David que me estaba dando la espalda.
-Pues claro que no, porque sólo pueden verse desnudos los padres, las madres y los hijos-dijo David.
-Es verdad campeón, tienes razón, así que voy a ponerme unas calzonas-se fue a su habitación con una amplia y pícara sonrisa en la cara.
Será capullo, cómo puede decir eso delante del niño.
Menos mal que David no le dio más importancia al tema, raro en él por otra parte.
-Bueno Eve, ¿para qué habíais venido?
-Ah, sí. Es que te he estado llamando y no me lo has cogido.
-Pero alguna razón habrá, ¿no?-dijo alzando la voz desde la cocina.
-Sí. Me preguntaba si tenías algún plan para esta noche.
-Pues la verdad es que sí. He quedado con Adrián para ir al cumpleaños de un amigo suyo.
María José volvió de la cocina con un paquete de galletas de chocolate.
-Toma David-dijo cogiendo algunas galletas y dándole el resto del paquete.
-¡Gracias!
-Sí, pero no comas muchas David que luego a la hora de la comida no tienes hambre.
-Joder Evelyn déjalo que es un niño, es normal que coma chucherías.
-Ya, pero no a estas horas.
-Bueno, ¿para qué querías quedar esta noche?
-Ah, es que le había prometido a David que lo llevaría al cine y a comerse una hamburguesa.
-Jo, pues la verdad es que me apetece mucho, pero si dejo tirado a Adrián, me mata.
-Pues yo quiero que Javi venga conmigo-añadió muy contento David.
-¿Qué? Ni hablar.-contesté sin pensarlo dos veces.
Entonces Javi bajó al salón, en calzonas, pero sin camiseta.
-¡Javi!-gritó David y fue directo hacia él-¡Ven conmigo al cine esta noche!
-Vaya, ¿es una cita?-comenzó a reírse.
-No bonito, no es ninguna cita. Voy a ir al cine esta noche con mi sobrino y sólo he venido para decirle a tu hermana si quería venir.
-Rubia, estoy hablando con el niño.
-Es que no quiero que vengas.
-Ya, pero el niño me ha invitado-otra vez esa odiosa pero preciosa sonrisa.
¡Arg, qué rabia! Siempre me dejaba tirada delante de mi sobrino. Y como él le adoraba…
-David, ¿de verdad quieres que vaya contigo?
-Sí.
-La verdad es que ya he quedado con unos colegas para ir de marcha.
David se puso entonces muy triste.
-Pero si tú de verdad quieres que vaya, yo voy.
-¡Bien!
¡No, bien no! ¡Mal! ¡Fatal! ¿Por qué tenía que ser él?
-No David, no puede venir.
-¿Por qué?
Esa era justamente la pregunta que no quería escuchar.
-Pues… porque…-no sabía ni qué decir.
-¿Por qué?-repitió.
-Sí, ¿por qué rubia?-añadió Javi.
-Tía, a ver qué les dices ahora-me susurró Mª José por detrás.
En ese momento, se iluminó mi bombilla.
-Pues porque Javi ya había quedado con sus amigos y no está bien que los deje tirados. ¿A ti te gustaría que tus amigos te dejaran tirado?
-No me gustaría.
-Pero no os preocupéis, porque mis amigos no se van a enfadar conmigo.
-¿Entonces puedes venir?-preguntó muy ilusionado.
-Por supuesto. Además, vamos a ver la película más chula que haya.
Hala, ahora tendré que volver a ir al cine con él.
Por segunda vez en demasiado poco tiempo.
Yo lo que necesitaba era pasar un tiempo con mi sobrino para olvidar un poco este cambio tan radical de Zac, que tanto me estaba jodiendo.
Pero ahora tenía que aguantar las burlas de Javi y controlar lo que le decía a mi sobrino.
-Oye Evelyn que si es mucha tela para ti convenzo a mi hermano para que no vaya.
David estaba con Javi en su habitación, y Mª José estaba conmigo en el salón.
-No, da igual. A mi sobrino le hace mucha ilusión. La verdad no sé qué le ha visto a ese…
-Oye no te pases, que pese a todo, es mi hermano-me interrumpió Mª José.
-Sí, pero tú bien sabes que no es lo que se dice un “Super Nanny”.
-Pues a lo mejor le ha visto lo mismo que le viste tú.
-Touché.
-Aunque tengo que decirte que nunca había visto a Javi tan encariñado con un crío. Ni siquiera con mis primos pequeños.
-Pues no sé, será que mi sobrino es especial.
-Será.-dijo mirando su móvil-Ya son las dos, mis padres deben de estar al llegar. ¿Queréis quedaos a comer?
-No, no. Mi madre ha preparado comida para nosotros, pero muchas gracias.
-Está bien. Mañana te llamo para que me cuentes qué tal, ¿vale?
-Claro-sonreí y le di un abrazo.
Fui hacia las escaleras y llamé a mi sobrino.
-¡David, baja que nos vamos!
-¡Yo no quiero irme, quiero quedarme con Javi!
-¡Pero si lo vas a ver por la noche! ¡Baja ya que la abuela ha preparado la comida!
-¡Ya voy!
En unos segundos bajaron los dos.
-Esta noche nos vamos a ver, que me lo ha dicho mi tita.
-Bueno, pero a tu tita no hay que hacerle mucho caso eh. Sólo en esta ocasión.
-¡Tú ni caso David! Que ya sabes que yo sólo quiero lo mejor para ti.
-Sí, yo lo sé.
-Pues vámonos que la abuela nos espera. Pero antes sube rápido a despedirte de Mª José que está en su cuarto.
David subió rápidamente y yo agarré a Javi por los hombros y lo estampé contra la pared.
-Joder rubia, estás últimamente muy peleona.
-Mira Javi, a mí que te metas conmigo la verdad es que me la suda. Pero que me desautorices de mi sobrino no te lo permito y menos delante de él.
-A ver Evelyn yo sólo intento llevarme bien con él, y poder verlo más a menudo porque le tengo mucho cariño-decía riéndose a pesar de lo seria que yo le hablaba.
-Vámonos ya tita que tengo hambre-David bajaba las escaleras.
-Sí cariño ya nos vamos. Adiós Javi.
-Adiós campeón, esta noche nos vemos.
-A las ocho en mi casa-le dije con frialdad.
-Adiós Javi, hasta esta noche-dijo David.
Cogí la mano de David y me fui de allí.
Miré el despertador. Las diez.
-David, ¿qué quieres?
-Tengo hambre, y la abuela está durmiendo.
-Ya David, yo también estaba durmiendo…
-Venga tita, que tengo hambre. ¡Por favor, por favor, por favor!
-Vale, ya voy… ve bajando tú.
Mi sobrino echó a correr escaleras abajo y yo me levanté y me estiré.
Bajé abajo y mi sobrino estaba en el sofá viendo Bob Esponja.
-¿Qué quieres desayunar?
-¡Un vaso de leche con galletas de dinosaurios!
Cogí una taza de dibujitos que a él le encantaba y eché leche. Lo metí en el microondas y lo calenté un minuto.
-¿Qué vas a hacer hoy David?
-No sé… ¿vas a llevarme a algún lado?-gritó ilusionado.
-Pues mira, no estaría mal. Podemos ir al cine, y luego a comernos una hamburguesa, ¿qué te parece?
-¡Sí! ¡Pero por la noche!
-¿Por qué?
-Pues porque los mayores salen por la noche y yo ya soy mayor.
Me eché a reír.
-Como quieras.
El microondas pitó y saqué la taza. A continuación le eché dos cucharadas de Cola Cao y removí la leche con la cuchara. Saqué un paquete de galletas del armario y se lo llevé todo a la mesa.
-Hala, aquí tienes. Que aproveche.
-Gracias tita.
La verdad es que me apetecía un plan tranquilito con mi sobrino. Ya que, Zac no quería quedar conmigo.
-David voy a meterme en Tuenti arriba ¿vale?
-No me dejes aquí solo…
-Pero si no estás solo… ¡Estás con Bob Esponja!
-¡Y Patricio!
-Claro-sonreí y me fui a mi habitación.
Abrí Internet y me metí en Tuenti.
Tengo que buscar alguien que venga conmigo y con mi sobrino esta noche.
A ver Laura.
Yo: Laura, ¿tienes plan para esta noche?
Laura: sí tía, estoy tonteando con un chico, se llama Ignacio, y esta noche he quedado con él.
Yo: ¿En serio? ¡Qué guay tía, pues mucha suerte!
Laura: ¿Por qué lo decías?
Yo: Nada, por si querías venir conmigo y mi sobrino pero tu plan es mejor.
Laura: ¡Otro día será!
Yo: Sí. Bueno, voy a llamar a más gente a ver.
Llamé a Sergio, que se llevaba genial con el peque.
-¿Sí?
-Sergio, ¿tienes algún plan para esta noche?
-Pues la verdad es que sí. Tengo cena con unos patrocinadores.
-Joder…
-¿Por qué? ¿Te pasa algo? ¡La anulo!
-¡No! No, no es nada en serio. Mucha suerte, te quiero.
Colgué el teléfono y busqué en la agenda el número de Xiza. La llamaré y así hablamos un poco sobre el cambio de su hermano.
Segundo pitido.
-¿Diga?
-Xiza, soy Evelyn.
-Ah, dime Evelyn.
-Es que tenía pensado ir con mi sobrino esta tarde al cine, por si no tenías planes y querías venirte.
-Lo siento Evelyn, es que con esto del embarazo no me encuentro muy bien…
-No te preocupes, mejórate.
Colgué el teléfono y pensé en Mª José.
Cógemelo… vamos…
Nada. Pues iré a su casa.
Me vestí con unos vaqueros y una camiseta cualquiera y tras coger mi móvil y mis llaves, bajé.
-Oye David, ahora vengo que voy a ir a la casa de Mª José.
-¿Quién es?
-La prima de Zac. La hermana de Javi.
-¡Quiero ir! ¡Por favor!
-Es que tengo prisa, así que venga, vístete, ¡te cuento diez!
-¡No, espera, espera!
Tras algunos segundos arriba mi sobrino bajó aún en pijama.
-Tita, es que no sé qué ponerme para ir a ver a Javi.
-Ay Dios… Vamos a ver a Mª José, que conste-dije subiendo arriba con él.
-Mira, estos vaqueros que son chulísimos-dije rebuscando en su armario-, y con esta camiseta van perfectos-le enseñé una camiseta negra.
-Vale. No mires, que voy a vestirme.
-Amigo, llevo viéndote desde que naciste…
-¡No mires!
-Vale, vale…
Me giré mientras se vestía, y tardó lo suyo.
-Ya está.
-Pues vámonos.
Bajamos abajo y le dejé una nota a mi madre, poniéndole que me llevaba al niño.
Salimos a la calle y nos fuimos hacia la casa de Mª José.
Tardamos un rato, y por fin llegamos.
-¡Yo llamo a la puerta!
-Vale.
David llamó al timbre. Tras unos segundos, Mª José abrió la puerta,
-¡Anda! ¡Hola guapo!
-Hola, ¿está Javi?
-David, recuerda que venimos a verla a ella, no a Javi.
María José se echó a reír.
-Está arriba en su cuarto, durmiendo.
-Jo…-dijo triste.
-¿Lo despertamos?
-¡Sí!-gritó David.
-No, Mª José pero si venimos a verte a ti…
Tarde, ya estaban arriba.
Yo decidí esperar abajo, sentada en el sofá del salón.
Al rato bajaron los tres.
David venía riéndose a carcajadas.
-¡Qué susto se ha dado!-decía.
-Es que no me lo esperaba-dijo Javi sonriendo.
Venía en unos bóxer y sin camiseta.
-Buenos días-me dijo.
-Buenos días-dije mirando hacia otro lado.
-¿Ahora giras la cara? Como si no me hubieras visto nunca con menos ropa.
-¡Yo no te he visto!-le chillé señalando a David que me estaba dando la espalda.
-Pues claro que no, porque sólo pueden verse desnudos los padres, las madres y los hijos-dijo David.
-Es verdad campeón, tienes razón, así que voy a ponerme unas calzonas-se fue a su habitación con una amplia y pícara sonrisa en la cara.
Será capullo, cómo puede decir eso delante del niño.
Menos mal que David no le dio más importancia al tema, raro en él por otra parte.
-Bueno Eve, ¿para qué habíais venido?
-Ah, sí. Es que te he estado llamando y no me lo has cogido.
-Pero alguna razón habrá, ¿no?-dijo alzando la voz desde la cocina.
-Sí. Me preguntaba si tenías algún plan para esta noche.
-Pues la verdad es que sí. He quedado con Adrián para ir al cumpleaños de un amigo suyo.
María José volvió de la cocina con un paquete de galletas de chocolate.
-Toma David-dijo cogiendo algunas galletas y dándole el resto del paquete.
-¡Gracias!
-Sí, pero no comas muchas David que luego a la hora de la comida no tienes hambre.
-Joder Evelyn déjalo que es un niño, es normal que coma chucherías.
-Ya, pero no a estas horas.
-Bueno, ¿para qué querías quedar esta noche?
-Ah, es que le había prometido a David que lo llevaría al cine y a comerse una hamburguesa.
-Jo, pues la verdad es que me apetece mucho, pero si dejo tirado a Adrián, me mata.
-Pues yo quiero que Javi venga conmigo-añadió muy contento David.
-¿Qué? Ni hablar.-contesté sin pensarlo dos veces.
Entonces Javi bajó al salón, en calzonas, pero sin camiseta.
-¡Javi!-gritó David y fue directo hacia él-¡Ven conmigo al cine esta noche!
-Vaya, ¿es una cita?-comenzó a reírse.
-No bonito, no es ninguna cita. Voy a ir al cine esta noche con mi sobrino y sólo he venido para decirle a tu hermana si quería venir.
-Rubia, estoy hablando con el niño.
-Es que no quiero que vengas.
-Ya, pero el niño me ha invitado-otra vez esa odiosa pero preciosa sonrisa.
¡Arg, qué rabia! Siempre me dejaba tirada delante de mi sobrino. Y como él le adoraba…
-David, ¿de verdad quieres que vaya contigo?
-Sí.
-La verdad es que ya he quedado con unos colegas para ir de marcha.
David se puso entonces muy triste.
-Pero si tú de verdad quieres que vaya, yo voy.
-¡Bien!
¡No, bien no! ¡Mal! ¡Fatal! ¿Por qué tenía que ser él?
-No David, no puede venir.
-¿Por qué?
Esa era justamente la pregunta que no quería escuchar.
-Pues… porque…-no sabía ni qué decir.
-¿Por qué?-repitió.
-Sí, ¿por qué rubia?-añadió Javi.
-Tía, a ver qué les dices ahora-me susurró Mª José por detrás.
En ese momento, se iluminó mi bombilla.
-Pues porque Javi ya había quedado con sus amigos y no está bien que los deje tirados. ¿A ti te gustaría que tus amigos te dejaran tirado?
-No me gustaría.
-Pero no os preocupéis, porque mis amigos no se van a enfadar conmigo.
-¿Entonces puedes venir?-preguntó muy ilusionado.
-Por supuesto. Además, vamos a ver la película más chula que haya.
Hala, ahora tendré que volver a ir al cine con él.
Por segunda vez en demasiado poco tiempo.
Yo lo que necesitaba era pasar un tiempo con mi sobrino para olvidar un poco este cambio tan radical de Zac, que tanto me estaba jodiendo.
Pero ahora tenía que aguantar las burlas de Javi y controlar lo que le decía a mi sobrino.
-Oye Evelyn que si es mucha tela para ti convenzo a mi hermano para que no vaya.
David estaba con Javi en su habitación, y Mª José estaba conmigo en el salón.
-No, da igual. A mi sobrino le hace mucha ilusión. La verdad no sé qué le ha visto a ese…
-Oye no te pases, que pese a todo, es mi hermano-me interrumpió Mª José.
-Sí, pero tú bien sabes que no es lo que se dice un “Super Nanny”.
-Pues a lo mejor le ha visto lo mismo que le viste tú.
-Touché.
-Aunque tengo que decirte que nunca había visto a Javi tan encariñado con un crío. Ni siquiera con mis primos pequeños.
-Pues no sé, será que mi sobrino es especial.
-Será.-dijo mirando su móvil-Ya son las dos, mis padres deben de estar al llegar. ¿Queréis quedaos a comer?
-No, no. Mi madre ha preparado comida para nosotros, pero muchas gracias.
-Está bien. Mañana te llamo para que me cuentes qué tal, ¿vale?
-Claro-sonreí y le di un abrazo.
Fui hacia las escaleras y llamé a mi sobrino.
-¡David, baja que nos vamos!
-¡Yo no quiero irme, quiero quedarme con Javi!
-¡Pero si lo vas a ver por la noche! ¡Baja ya que la abuela ha preparado la comida!
-¡Ya voy!
En unos segundos bajaron los dos.
-Esta noche nos vamos a ver, que me lo ha dicho mi tita.
-Bueno, pero a tu tita no hay que hacerle mucho caso eh. Sólo en esta ocasión.
-¡Tú ni caso David! Que ya sabes que yo sólo quiero lo mejor para ti.
-Sí, yo lo sé.
-Pues vámonos que la abuela nos espera. Pero antes sube rápido a despedirte de Mª José que está en su cuarto.
David subió rápidamente y yo agarré a Javi por los hombros y lo estampé contra la pared.
-Joder rubia, estás últimamente muy peleona.
-Mira Javi, a mí que te metas conmigo la verdad es que me la suda. Pero que me desautorices de mi sobrino no te lo permito y menos delante de él.
-A ver Evelyn yo sólo intento llevarme bien con él, y poder verlo más a menudo porque le tengo mucho cariño-decía riéndose a pesar de lo seria que yo le hablaba.
-Vámonos ya tita que tengo hambre-David bajaba las escaleras.
-Sí cariño ya nos vamos. Adiós Javi.
-Adiós campeón, esta noche nos vemos.
-A las ocho en mi casa-le dije con frialdad.
-Adiós Javi, hasta esta noche-dijo David.
Cogí la mano de David y me fui de allí.
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