-Señor Limones.
El profesor de lengua pasaba lista mientras los demás sacábamos las cosas de la mochila.
-Presente profesor.
-Señor García.
-Presente profesor-dijo Javi casi bostezando.
-Será mejor que se despierte antes de venir a clase señorito.
Los de la clase comenzaron a reírse y Javi, como no, contestó.
-Verá usted profesor es que en esta clase prefiero estar medio dormido, ya que no me puedo dormir de verdad.
La clase comenzó a reírse aún más y el profesor decidió callarse y continuar pasando lista.
-Señorita González.
-Presente profesor-contesté.
-Señorita, falta usted mucho a clase. Estas faltas deberán ser justificadas o me temo que tendremos que informar en su casa.
-No se preocupe profesor, mañana mismo traeré justificante.
-Rubia, pero ¿es que acaso sabe tu madre que tu faltabas?-me dijo Javi bajito.
-Qué va, ya me las arreglaré.
-¡Silencio mientras paso lista!
Nos quedamos todos en silencio y la clase se nos hizo eterna.
En cuanto pitó para finalizar la clase, Javi me agarró del brazo
-Creo que se nos quedó una conversación pendiente, ¿no?
-Pues no sé de qué hablas.
-Venga ya Evelyn, sabes de sobra de qué te hablo.
-¿Tú crees?
-Evelyn, tengo derecho a saber si ese niño es mío.
-¡Sh! Baja la voz imbécil. Ni siquiera sé si estoy… en estado.
-Pues te pido por favor que te hagas la prueba.
-Pero si no tengo tiempo de nada con los estudios, ni siquiera salgo.
-Yo lo compro y te lo llevo.
-Joder… ¿estás pesadito, eh? No sé porqué tanto interés en algo que a ti ni te viene ni te va…
-Oye, ¿a ti qué coño te pasa hoy? Estás insoportable. O es la regla, o son las hormonas por el embarazo.
-Pero ¿¡qué dices idiota?!
-¿Ves? Yo mejor no te hablo mucho, tú no te alteres, ale, siéntate y relájate. ¿Sabes? Vi en la tele el otro día que para el embarazo son buenos los caramelos de jengibre-decía cachondeándose de mí.
-¡Te voy a dar jengibre yo a ti!-me fui en busca de él para pegarle pero la profesora de latín entró por la puerta.
-¡Eh! ¡Que esto no es un bar! ¡Todo el mundo sentado!
Por la tarde
-David, no puedo hacer los deberes con tanto ruido, quítale voz a la tele por favor.
David y su manía de ver películas en mi habitación y no en la suya o en el salón. Así, cualquiera se concentraba para hacer los deberes.
-Es que si no, no la escucho.
-Pues te vas a tu cuarto.
-Pues no.
Suspiré y volví a concentrarme en mis deberes de literatura.
Hay que ver lo pesado que está Javi con el temita este… Si seguro que ni estoy embarazada. Será un retraso y ya está. Además, ¿para qué quiere él saber si es el padre o no? No lo tendré de todas formas, está claro. Dijo algo en el Starbucks, sobre que había una razón, pero el capullo no me la contó.
-¡Evelyn, ha venido un amigo tuyo!
-¡Que suba!
Seguramente es Sergio, para dar una vuelta o algo.
-¿Se puede?-dijo Javi abriendo la puerta de mi habitación.
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