martes, 28 de junio de 2011

Cap.49 Tabaco anti-estrés

Separé sus labios de los míos, y me encontré con su mirada perdida.
-Evelyn, yo…
-Esto no va a salir de aquí, ¿queda claro?
-Lo siento, no te enfades.
-No tengo por qué enfadarme, aquí no ha pasado nada.
-Evelyn, no diré nada, puedes estar tranquila.
Al oír eso, pude relajar mis músculos. Confiaba plenamente en sus palabras. Javi me abrazó fuerte y me dio un beso en la mejilla.
-Me alegro que te hayas quitado ese peso de encima.
Yo sí que me alegraba. No sé cómo pensaba mi familia en sus tiempos, pero para mí es una locura eso de tener un hijo con dieciséis años. Tener un hijo es muy bonito, sí, pero en el fondo no puedes hacer lo mismo que si no lo tuvieras. Es perder un tiempo de tu vida que no se otros, pero yo valoro demasiado. La adolescencia.
-Sí, te alegras pero en el fondo tú querías que yo tuviera ese niño. No entiendo por qué.
-Ya te dije que tenía mis razones.
-¿Me las vas a decir?
-No.
-Pues vamos listos…
-Evelyn, de verdad no puedo decírtela. Algún día quizás lo sepas.
-Lo único que querías es joderme la vida, ¿no es así?
-¡No! Evelyn por favor tienes que creerme, tengo mi razón…
-Dímela.
-No.
Lo fulminé con la mirada y él la apartó.
Entonces me sonó el teléfono. Era María José.
-¿Sí?
-Oye, ¿dónde estás?
-Pues estoy aquí en mi casa con…-miré por unos instantes a Javi, y descarté la idea de decirle con quién estaba realmente-con mi sobrino.
-¿Y tienes algún plan?
-No, no tengo planes para esta tarde.
-¿Te vienes conmigo a comernos un helado o algo?
-Pues la verdad es que sí, que tengo muchas ganas.
-OK, llégate.
-Vale, pues iré a tu casa ahora después.
Colgué el teléfono y miré a Javi.
-Era tu hermana, iré con ella a dar una vuelta. Y no, no puedes venir.
-Tampoco iba a pedírtelo-dijo sonriendo.
De pronto, y no sé porqué, los dos estallamos en risas.
-Javi es que siempre me pones de los nervios.
-¿Yo? Pero qué dices rubia, tú que eres una tocapelotas.
-Vete al Congo tío.
Los dos sonreímos y yo cogí mis cosas-móvil, llaves, dinero…-y salimos de mi habitación.
Bajamos las escaleras y me encontré con mi madre y mi sobrino.
-¿Dónde vas?
-A su casa-dije señalando a Javi-que he quedado con María José para dar una vuelta.
-Vale. Yo voy a hacerle la merienda al niño. No llegues tarde.
-Pero mamá, hoy es viernes, y viene Zac.
-Bueno… pero que te acompañe a casa.
-Que sí mamá, adiós. Adiós, David, dame un beso-David me dio un beso y se tiró a por Javi.
-Adiós, enano.
-¡Adiós, Javi!
Salimos por la puerta y se dirigió hacia su moto.
-¿Quieres que te lleve?
-Ya contaba con ello-dije sonriendo.
-Ah, ¿sí? Pues ahora no te llevo.
-Venga ya tío, no me hagas molestar a Sergio ahora.
-Súbete anda.
Me pasó un casco y me subí a la moto. Me abracé fuerte a él, que arrancó con una sonrisa en la cara.
No tardamos mucho en llegar, y me bajé de la moto.
Iba a seguir andando hasta puerta de entrada a la casa, pero Javi me agarró por el brazo y no me dejó continuar.
-Evelyn…
-Javi… ¿qué más quieres de mí?
-Yo… nada… ve con mi hermana.
-Muy bien.
Me solté de su brazo y seguí mi camino.
Cuando Javi me abrió por la puerta chillé “¡María José!”
-¡Sube!
Hice caso y subí hasta su habitación.
-¡Hola fea!
-¡Hola! ¡Oye fea tú!-las dos comenzamos a reírnos- Oye tengo que terminar de arreglarme, puedes coger mi ordenador mientras. Es que has llegado muy rápido, ¿cómo lo has hecho?
-Me ha traído tu hermano.
-¿Mi hermano? ¿Qué hacía él en tu casa?
-Invítame a un helado y te lo explico-dije sonriéndole.
-Claro-dijo contestando a mi sonrisa.
Quité su Tuenti y me metí en el mío.
-Hoy viene mi primo de El Castillo, ¿no?-me dijo mientras miraba qué ponerse.
-Sí, por la noche.
-¿Has quedado con él?
-Sí, pero a las diez, aún son las seis tenemos tiempo.
Como estábamos hablando de él, me entraron unas repentinas ganas de verlo, y miré su Tuenti para ver sus fotos.
Para mi sorpresa, vi fotos que no hubiera querido ver.
Yo no es que sea muy celosa, pero ver fotos de una chica en su coche con él al lado conduciendo… y encima, otra que sale ella en MI casa de El Castillo, que es donde vive él.
-Evelyn, no pases de mí que te estoy hablando.
-¿Qué? Lo siento, no estaba escuchándote. Estaba más atenta a la guarra que sale en estas fotos, ¡con MI Novio, en MI casa!
-¿Pero qué dices loca? No te pongas histérica, a ver.
Les enseñé las fotos y se hizo el silencio. Tras un rato, por fin ella lo rompió.
-Evelyn, será una amiga, nada más.
-Ya, una amiga…
-Tía no te pongas celosa, que sabes que mi primo te quiere y mucho. Anda cierra el Tuenti y no pienses más en eso, venga vámonos.
Cerré el Tuenti y nos fuimos de allí. Por las escaleras nos encontramos con Javi.
-¿Dónde vas?-le dijo a su hermana.
-A dar una vuelta con Evelyn, ¿tú no sales hoy?
-Sí, luego supongo que me daré una vuelta,
-¿Con quién?
-Pues yo que sé, con unos colegas.
-Podrías venirte con nosotras.
-No, yo paso.
-Vale, pues después nos vemos. ¡Te cojo la moto!
-¡Ten cuidado!
Seguimos bajando las escaleras, y cuando pasó por mi lado rozó mi mano con la suya. Después, me la agarró y la apretó fuerte.
Un escalofrío se adueñó de mi cuerpo por unos segundos.
Javi siguió subiendo sin ni siquiera mirar hacia atrás.
Salimos por la puerta y María José se fue en dirección a la moto
-Oye pero, ¿tú sabes darle a la moto?
-Tú fíate de mí.
María José me pasó un casco y tras subirnos a la moto, nos fuimos.
No me fiaba mucho de ella al principio, pero la verdad es que conducía genial.
Me llevó a una heladería, en la que habían bastantes niños y algunas familias.
-Uno de chocolate y otro de…
-Stracciatella-dije yo.
Nos dieron los helados y Mª José pagó con un billete de diez euros que sacó de su cartera.
Nos sentamos en una mesa y comenzó el interrogatorio.
-¿Qué hacía mi hermano en tu casa? Si ya apenas viene con nosotros, creí que iba a la casa de algún amigo.
-¿Y yo no soy una amiga?
-A ver, ya me has entendido.
-Pues verás…-comencé a decir-Digamos que tenía una pequeña razón por la que venir. Una razón que se iría haciendo mayor… A los nueve meses o así.
-¡¿Qué?!-gritó Mª José y todo el mundo la miró.
Yo para calmar la situación, no tuve otra opción que gritar.
-¡Sí tía, Mario Casas saca nueva película!
Claro, que no me había dado cuenta de lo absurdo de la frase hasta haberla soltado. Pero al menos funcionó.
-Evelyn, dime que te estás quedando conmigo.
-Tranquila, el test dio negativo.
-Joder, es que no imagino a Zac como padre.
-No te preocupes, las posibilidades de que Zac fuera el padre tampoco eran muchas. No sé por qué, pura intuición.
-¡¿Te has tirado a otro?!
-¡Sh! Que no burra, sólo a tu hermano, y antes de estar saliendo con Zac.
-Joder tía… Oye, ¿y a mi hermano qué más le da? No creo que tuviera muchas ganas de ser padre.
-Eso querría yo saber…. Porque él no me lo dice.
Terminamos de comernos el helado y fuimos a un parque cercano a tumbarnos en el césped.
Cómo echo de menos a Zac… Tan sólo me quedan unas horas para poder abrazarle… y pedirle explicaciones por la tía del Tuenti.
Yo nunca había sido muy celosa, pero es que últimamente con esto de la distancia desconfiaba más.
-Tía a mi me tienes liada. Tú en el fondo no quieres a nadie.
-Eh, no te confundas, que yo sólo quiero a tu primo.
-No Evelyn, no me confundo, el problema es que tú si te confundes.
No pronuncié más palabra.
-Bueno cambiando de tema, ¿Qué haces este puente?
-Pues poco, Zac se vuelve el domingo por la noche a El Castillo.
-Pero si no tiene clase.
-Pero sí trabaja.
-Ah… Pues qué mala suerte. ¡Yo me voy con Adrián a su campo!
-Qué bien, ¿no? La piscina, el medio ambiente…
-Sí, sí, ¡no voy a salir de la habitación hasta el miércoles!
Las dos estallamos en carcajadas.
-¿Qué hora es?-pregunté.
-Las ocho y media.
-Pues llévame por favor.
-Como quieras.
De camino a casa apenas hablamos.
Fue más rápido que a la ida, así que me agarré fuerte, ya que ella no tiene permiso de la moto.
Hubo un semáforo en rojo y aproveché para hablar con ella.
-Oye, nadie sabe esto, así que te pido por favor que no digas nada.
-No te preocupes, que yo no digo nada.
-Eso espero.
El semáforo se puso de nuevo en verde y pudimos continuar.
Llegamos a mi casa y me despedí de Mª José.
-Bueno tía, ahora viene mi primo, ¿no?
-Sí, vendrá a recogerme en un rato.
-Que os divirtáis anda. Luego por la noche hablamos.
-Vale.
M. José se fue y yo entré en mi casa.
Nada más entrar al salón me encontré con una sorpresa.
-¡Zac! Pensé que vendrías más tarde-dije abrazándolo.
-Es que me he escapado un poco antes para verte.
Zac estaba en mi salón jugando con David a la Play Station.
-Ay, qué ilusión más tonta, coño.
-Eso es bueno-dijo riéndose.
-Venga, vamos a dar una vuelta.
Para nosotros el concepto de “dar una vuelta”, era irnos con su coche a las afueras del pueblo y hacer el amor, o como vulgarmente lo llamamos nosotros, “echar un polvo”.
No tardamos en llegar a nuestro sitio de siempre, adonde aparcó el coche y nos fuimos a los asientos de atrás.
Se me pasó por la cabeza preguntarle lo de la chica del Tuenti, pero enseguida comprendí que no era el momento.
Al terminar el proceso con un unísono orgasmo, nos vestimos y él se fumó un cigarro.
-No sabía que fumaras.
-Es que estudiar da mucho estrés.
-Ya…
Bien sabía él que yo odiaba el tabaco.
-Pero no te preocupes, que por ahora sólo tabaco.
-¿Por ahora?
-Ay, no te rayes. Ven, dame un beso-dijo y me besó-Evelyn estás rara, ¡eh!
Salí del coche y me vestí.
-Llévame a casa, por favor.
-Claro.
De camino no hablamos, íbamos escuchando música.
Al llegar a mi casa nos apoyamos en el capó del coche para despedirnos.
-¿Te pasas mañana y nos quedamos en casita viendo una película, comiendo una buena pizza?
-Lo siento, mañana no te veré.
-¿Por qué?
-Es que he quedado con unos colegas.
-Ah… pensé que como no te veía de lunes a viernes… podríamos estar juntos.
-Pero es que estamos juntos todos los fines de semana, este quiero estar con mis amigos.
-¿Y no puedo verte ni un ratito?
-Bueno mañana te llamo, ¿vale?
Dijo con ademán de irse.
-Espera.
-¿Qué?
-Dame al menos un beso, ¿no?
Me dio un rápido beso y se fue.
Pero, ¿qué le pasa a este niño? Él nunca se ha comportado así…
Entré en mi casa y subí. Me di una ducha rápida, me puse el pijama, y me acosté. No pude dormir, sólo podía darle vueltas a la cabeza.
Ahora Zac fuma, no quiere verme, y tiene fotitos con chicas en mi casa de El Castillo y en el coche… Pero qué le pasa… ¿Habré hecho algo mal? Tengo que hablar con él…